Seguro que te preocupas muchísimo si tu perro tiene convulsiones, cojea o vomita sangre porque sabes que ocurre algo malo y que su salud está siendo comprometida.
Sin embargo, hay tres síntomas que no son tan escandalosos, pero que sí son peligrosos porque te podrían estar avisando de que tu perro puede estar padeciendo diabetes mellitus.
Estos síntomas son especialmente complicados de descubrir si no tienes otros perros para comparar y tampoco la experiencia para saberlo.
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica, es decir, perdurará durante toda la vida del perro y, además, cada vez hay mayor incidencia en animales, tanto perros como gatos, afectados por dicha patología.
Aunque es una dolencia que no se puede curar, existe un tratamiento efectivo que, con un compromiso y un manejo preciso de los tutores, los perros con diabetes mellitus pueden vivir una vida de calidad y totalmente feliz.
Qué es y cómo le afecta a tu perro
La diabetes mellitus en perros es una enfermedad crónica y endocrina en la que existe una hiperglucemia permanente. Esto es, una subida de glucosa en sangre continua, y que, afecta al animal debido a la falta o incapacidad para secretar insulina, que a su vez es la hormona producida por el páncreas encargada de regular la glucosa en sangre.
Esta patología es complicada para la salud del perro si no se instaura el tratamiento adecuado con las pautas de las dosis correspondientes. Además, es más frecuente en hembras enteras (es decir, que no están esterilizadas) y en perros adultos de edad avanzada.
Sin embargo, también se pueden ver en animales de edad media. La edad más frecuente de aparición está entre los siete y nueve años.
Las 'cuatro P' que avisan de que tu perro sufre diabetes
Los síntomas que aparecen en la diabetes mellitus en perros son muy fáciles de detectar por parte del tutor del animal, pero, aunque son comportamientos tan comunes y rutinarios pueden hasta pasarse por alto. Por desgracia, estos esconden una patología muy grave. Por eso, si los conoces con antelación, puedes ayudar aun más a tu perro porque comenzarás con el tratamiento en las primeras fases de la dolencia.
Para que no olvides los signos clínicos más característicos de la diabetes mellitus en perros te vamos a decir un secreto que usan los veterinarios para hablar de los síntomas de la diabetes. Se trata de las cuatro P que esconden los signos más característicos de la enfermedad:
Poliuria, polidipsia, polifagia y pérdida de peso.
Poliuria: Aumento anormal del volumen de orina en tu perro. Esto ocurre porque, cuando al tener un nivel de glucosa elevado y superar el umbral renal, la glucosa comienza a eliminarse por la orina y, al funcionar como diurético osmótico, atrapa gran cantidad de moléculas de agua aumentando el volumen de orina.
Un perro sano producirá un volumen de orina al día de unos 25-30 ml por kilo de peso.Así bien, de forma muy general, si tu perro pesa 15 kg, producirá diariamente unos 375-450 ml de orina.
Polidipsia: Aumento en la ingestión de agua. Como existe un aumento en la excreción de orina, para compensar esas pérdidas, es indispensable que el perro ingiera más agua. Esto es, una polidipsia compensatoria a la poliuria y el animal lo hace inconscientemente para prevenir una posible deshidratación.
Aunque no hay un dato establecido sobre la cantidad de agua que tiene que beber un perro al día sí que nos podemos guiar sobre unos parámetros, como norma general, si tu perro come pienso seco deberá beber de 30 a 50 ml de agua por kilo de peso. Por ejemplo, si tu perro pesa 15 kg beberá entre 450-750 ml de agua diario.
Polifagia: El significado de esta palabra es simplemente el aumento de apetito de tu perro. Y, no sucede por capricho ni por gula, sino como los tejidos no pueden nutrirse de la glucosa porque no la pueden captar por la falta de insulina, la energía cae en picado y tu perro la intentará equilibrar ingiriendo más alimento.
Pérdida de peso: Al existir una disminución de glucosa, el organismo tiene que usar las reservas de grasa del perro para sacar de ahí la energía diaria que necesita para sobrevivir. Esto hace que disminuya el peso del animal.
Otros síntomas son:
Infecciones bacterianas: Los problemas dermatológicos son muy frecuentes en los perros con diabetes mellitus. También son normales las infecciones bacterianas en la cavidad oral o en las vías urinarias.
Cataratas: Al haber un aumento en sangre de las partículas de glucosa, estas también van al globo ocular acumulándose allí y produciendo cataratas. Es una complicación muy común en perros con diabetes y además, es un hecho irreversible.
Además, un perro diabético puede sufrir otros signos clínicos como lipidosis hepática, glomerulopatías, pancreatitis o cetoacidosis diabética.
No es muy distinta de la diabetes en humanos
La diabetes mellitus tanto en perros como en humanos es prácticamente la misma.
No obstante, en humanos se tiene una clasificación más detallada, encasillando esta enfermedad como diabetes mellitus tipo I, tipo II o diabetes por gestación. Aun así, es prácticamente lo mismo que puede padecer tu perro, solo que a este no se le asigna una clasificación tan específica y la llamamos sencillamente diabetes mellitus en perros.
Tanto el perro como el humano necesitará aplicar a su vida rutinas saludables como una alimentación de calidad, ejercicio diario y también la dosis adecuada de insulina vía exógena cada día. Existen diferentes marcas de insulina, pero todas ellas deberán permanecer en un refrigerador para que sean válidas y no pierdan el efecto primordial de acción.
Cómo afectará a la vida de tu perro y qué debes hacer tú como tutor
Una vez diagnosticada la diabetes mellitus en tu compañero deberás hacer diferentes pautas diarias para ayudarlo a tener una vida saludable y aumentar su esperanza de vida. Antes de todo, lo primero, es darte cuenta de que tu perro tiene un problema de salud observando su comportamiento.
Ten en cuenta todos estos síntomas que hemos mencionado antes. Es más, también debes de tener un cuidado especial porque, aunque no los desarrollara todos, no significa que no pueda tener diabetes ya que, un solo síntoma, podría indicar que está comenzando con la enfermedad.
A la más mínima duda, acude a tu centro veterinario de confianza para que el especialista pueda inspeccionar a tu perro, diagnosticar el problema e instaurar el tratamiento adecuado para él.
La diabetes mellitus es una enfermedad para toda la vida y tu animal deberá recibir cada día las dosis de insulina pautadas por el experto. Aplicar el tratamiento diario es parte de tu responsabilidad porque sin él, tu perro moriría.
Pero no te alarmes porque con la terapia, ejercicio moderado y una alimentación correcta tu compañero podrá tener una vida de lo más normal.