Los podencos han sido una revolución en el mundo del perro. Hasta hace unas pocas décadas, su popularidad era menor (aunque siempre presente) y, en España, la raza ha sufrido las mismas calamidades que los galgos.
Su origen se remonta, por lo menos, al Antiguo Egipto, y aparecen en monedas acuñadas por el Imperio romano. Se cree que llegaron a Sicilia, donde se encuentra una de las líneas más famosas (el Cirneco del Etna) a través de las embarcaciones fenicias, que expandieron la raza por el Mediterráneo.
Su antigua fama se explica debido a un fuerte instinto para la caza, donde destaca en el rastro y la persecución, pero entre sus habilidades llega a abatir y cobrar (traer) presas. Un todoterreno, vamos.
Cómo son los podencos
Los podencos son perros medianos, altos y esbeltos, con mucha energía que deben "descargar" a diario. Su tamaño varía entre los 6-8 kilos de un podenco portugués a los 21-30 kg de un podenco ibicenco o de un pharaon hound. La mayoría de las líneas tienen el hocico alargado y las orejas grandes y erguidas, los ojos pequeños y almendrados y un cuerpo y cuello musculoso. Son ágiles, y muy, muy rápidos.
Debido a la caza, a menudo se ha afirmado que el podenco no es un perro casero, pero todo lo contrario. El secreto es equilibrar y saciar los instintos propios del perro y, en casa, se dedicará a descansar y agradecerá la compañía de su familia.
Los podencos son muy fieles, hasta el punto de que les cuesta adaptarse a un nuevo hogar tras un abandono: por desgracia, también han sido de los perros más maltratados y abandonados. Son afectuosos, tranquilos y algo desconfiados al principio, pero de los perros más empáticos que existen: ¡fieles de forma incondicional!
Comportamiento del podenco
El podenco tiene un instinto de caza muy fuerte, lo que nos obligará a gestionar los paseos con correa y a trabajar ejercicios que nos permitan dar más libertad y, a la vez, evitar sustos. Una muy buena opción es saciar parte de este instinto mediante el juego (perseguir pelota, jugar con un mordedor) y controlar el instinto desde cachorros: en otras palabras, exponer a situaciones de baja intensidad e ir aumentando, progresivamente, la dificultad.
Quizá la mala fama de los podencos llegue con su energía. Es muy importante marcar unos tiempos claros de actividad y descanso en el podenco y, sobre todo, canalizar esa energía en actividades concretas para evitar conductas destructivas. También es un perro independiente, lo que sorprende a familias que siempre han tenido perros muy apegados: el podenco ¡es un poco gato!, lo que no significa que no quiera y necesite el contacto familiar.
Por último, vale la pena dedicar tiempo a socializar con personas y otros perros. Esa faceta desconfiada puede generar conductas territoriales con otros perros o de alejamiento o ladridos a las personas.
Cuidados del podenco
En el día a día, el podenco necesitará actividad intensa. Valora si dispones de tiempo para paseos largos, espacios para correr y querrás jugar con el animal. No son perros que tiendan a engordar ni a enfermar (es más, son de los perros con menos problemas de salud que existen), pero, igual que con otras razas, deberíamos evitar paseos intensos antes y después de comer, para prevenir una posible torsión de estómago.
En cuestiones de cepillado (excepto el ibicenco) y limpieza, no hay grandes diferencias, aunque sí que suelen ser perros bastante frioleros debido al pelo corto. Las familias que quieran convivir con podencos, deben tener presente que son un poco desobedientes (independientes), muy sensibles a los castigos físicos (aunque nunca deberíamos enseñar mediante la agresión) y con un fuerte instinto de caza: ¡es habitual ver a un podenco captar un rastro, levantar una pata y salir corriendo a toda velocidad!
Claves para adoptar a un podenco
Como te imaginarás, las familias ideales para el podenco son como él: activas, enérgicas y con tiempo para jugar, dar largos paseos y buscar espacios donde el animal pueda correr y desfogar. Además, sería necesario que estuviesen mentalizadas de trabajar los dos principales contratiempos que pueden aparecer: un fuerte instinto de caza y cierta desconfianza ante extraños. Esto nos evitará males mayores.
Como a cualquier otro animal, deberemos desparasitar y vacunar, ofrecer un alimento saludable y equilibrado e intentar que el perro pueda formar parte activa de la vida familiar. Pese a ser independientes, los podencos sufren más que otras razas cuando los separamos mucho tiempo de nosotros.
Qué dice la Ley de Protección Animal
Con respecto a la Ley de Protección Animal, no hay grandes cambios con el podenco. Deberá cumplir las mismas normas que el resto de perros y, a partir de 2023, todas las familias con perro deberán contar con un seguro de responsabilidad civil.
Puede ser interesante, además, identificar adecuadamente al perro (tanto con microchip como con chapa) e incluso optar por un GPS, ya que debido a su fuerte instinto de caza, respiraremos más tranquilos y evitaremos disgustos. Por supuesto, el GPS no puede ser excusa para no enseñar al podenco una correcta obediencia y una buena llamada. ¡Una habilidad básica para los que convivimos con estos perros!
En resumen, el podenco es un perro fantástico con el que convivir: cercano, inteligente, divertido y con carácter que encaja en muchas familias. Además, por desgracia, siguen siendo abandonados miles de estos animales en España.