Entre tantos cambios (y algunos bulos), las dudas más repetidas en relación con la Ley de Bienestar Animal no parecen tener una respuesta rápida y fácil. En el caso del curso obligatorio para las familias, esto no es así: sí, todo el mundo, con perro, tendrá que hacer el curso.
Pero la duda es razonable. Primero, porque se dijo durante meses que solo aquellos que adoptasen o comprasen a un animal estarían obligados; después, porque esto ha ido perfilándose y, luego, ha cambiado, afirmándose que sería un curso básico, breve y... para todo el mundo que tenga perro.
Obligatorio, para todos
La aprobación del proyecto de ley por parte de los diputados ratifica la búsqueda de una tenencia responsable y unos derechos y deberes acordes con el año 2023.
Por esta razón, aunque tiene sentido dudar sobre el sentido de hacer un curso obligatorio que te enseñe a convivir con animales (cuando, quizá, llevas haciéndolo veinte años, o toda la vida, o eres un profesional del sector canino, como el que os está contando esto), se ha optado por la vertiente más práctica.
Así, el curso será obligatorio para todas las personas propietarias de perros, tal y como regula el artículo 30 de la ley:
Las personas que opten a ser titulares de perros deberán acreditar la realización un curso de formación para la tenencia de perros.
El curso será corto, gratuito y de validez indefinida. El contenido será escogido por profesionales y determinado por reglamento para que los titulares realicen un test que valore su aptitud para la convivencia con animales en sociedad.
Debido a su brevedad, parece que el Gobierno ha preferido generalizar la obligación a empezar a aplicar exenciones, y si hablamos de un curso tan breve... quizá es la mejor opción para ahorrar recursos.
Se suma a otras (nuevas) obligaciones
El curso obligatorio se sumará al test de sociabilidad, del que todavía no han trascendido demasiados datos (veraces, por lo menos), pero que será básico para valorar si un perro es sociable y clasificar, si procede, a ciertos perros de manejo especial (nuevos PPP), así como del seguro de responsabilidad civil (daños a terceros) obligatorio, que se suma a las obligaciones de las familias.
Choca, no obstante, que el curso se centre en los perros finalmente, y se olvide de los objetivos de tenencia responsable de las familias con otras especies domésticas, como el gato. No obstante, los perros son el animal doméstico que mayor espacio público ocupa, por lo que tiene sentido que, en un mundo dog-friendly, sobre todo, eduquemos mejor a nuestros perros.
La ley sí contempla que, ante la compra de otras especies (artículo 55), los vendedores deberán informar a las familias sobre los cuidados del animal y las necesidades fisiológicas y etológicas. En el caso de las entidades de protección, ya se tienen presentes trámites similares.