¿Te has fijado en que los gatos no tienen como hábito consumir tanta agua como los perros? Beben, claro que beben, pero es relativamente habitual encontrarnos con gatos con ciertos niveles de deshidratación.
Para entender el por qué y poder hacer cambios adecuados a su especie, debemos tener presente cuáles son sus ancestros, cómo ha evolucionado y qué cambios ha supuesto la domesticación de los gatos, sobre todo, en los últimos cien años. Y ahora entenderás por qué.
Del gato salvaje al gato doméstico
El ancestro directo del gato doméstico es el gato salvaje africano. Se considera al gato del desierto o gato africano (Felis silvestris lybica), el primer gato domesticado, y esto ha despertado un lógico interés por la historia de su domesticación, que fue hace más de 4.000 años, tanto para entender cómo ocurrió como, sobre todo, para observar qué efectos ha tenido en la conducta de la especie.
Si nos fijamos en cómo se alimentaba y distribuye el gato salvaje africano en sus hábitats, descubrimos que, igual que otras subespecies, son expertos cazadores que se alimentan de sus presas. Sin embargo, lo más interesante es que la mayor parte del agua que necesitan para vivir no la ingieren de forma directa, sino indirecta, a través de las presas: más de un 70 % del total.
De cazar a comer pienso
La domesticación ha supuesto un cambio enorme entre el comportamiento social y la conducta de los gatos en comparación con las estrategias que la especie había mantenido durante miles de años para consumir agua.
Los gatos se han adaptado relativamente fácil a otros tipos de alimentación, pero cambiar miles de años de evolución no es tan sencillo. Por lo tanto, su tendencia a beber, sigue siendo relativamente baja hasta encontrarse casi sedientos.
Si te lo estás preguntando, en el caso de los perros, la selección genética mucho mayor y el hecho de que los canes sean carnívoros oportunistas, supone aquí la principal diferencia, y hace que no tengan tantos problemas de deshidratación.
De vuelta con los felinos, la comida húmeda permite mantener una equivalencia similar que si consumiesen presas. Sin embargo, el pienso, en el mejor de los casos, ofrece un 10 % de la cantidad necesaria de agua, suponiendo un déficit enorme que los gatos deben compensar.
Para ello, los etólogos recomiendan:
- Enriquecer su ambiente con fuentes y herramientas que inciten al gato a beber (el agua "corriendo" suele ser la mejor opción)
- Complementar la comida seca con comida húmeda, para reducir las necesidades de hidratarse bebiendo
Peligro: cistitis felina
Además, el bajo consumo de agua y la falta de elementos que enriquezcan el ambiente (ansiedad, falta de puntos de agua, sobrepeso, bandejas de arena inapropiadas, y otras causas) se han vinculado con enfermedades muy dolorosas para los gatos, como la cistitis idiopática felina o cistitis intersticial.
Por último, la comparativa entre el gato salvaje africano y los gatos domésticos, nos muestra otro factor importante: el consumo de agua y comida ha perfilado la conducta de la especie. Así, en una zona urbana con recursos suficientes, se estima que pueden llegar a convivir 100 gatos por km2, mientras que, en una zona rural, con menor acceso a recursos, se calculan 5 gatos por km2.
Cómo tienes que enriquecer el ambiente
Esto es importante para entender que, si existe escasez de recursos, los felinos mostraran conductas más solitarias e incrementarán su conducta territorial, como ocurre en estado salvaje (donde pueden moverse y pelear por territorios de hasta 100 hectáreas).
¿Y de qué nos sirve saber esto? Principalmente, para asegurarnos de que, en casa, contamos con varios puntos de agua, comida y areneros, o sea, que copiamos la idea del "territorio" y dispersamos los recursos: el alimento, el agua... ¿El objetivo?, un mejor enriquecimiento ambiental.