En qué hay que fijarse al elegir la comida de tu perro

En qué hay que fijarse al elegir la comida de tu perro
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Desde hace unos años, los cuidados de nuestros compañeros de cuatro patas se han vuelto un factor determinante a la hora de velar por su bienestar. El debate sobre qué tipo de alimentación es la más adecuada para ellos, donde los piensos, la BARF y las dietas precocinadas pelean por el primer puesto sigue abierto, sin embargo, escojamos el tipo de alimentación que sea, debemos tener claros algunos aspectos si lo que queremos es proporcionarles los nutrientes y vitaminas que necesitan para estar sanos.

¿Sabemos diferencian un pienso de calidad de uno que no lo es? ¿Y elaborar una dieta equilibrada y a medida para nuestro perro? De la misma manera que nosotros empleamos un tiempo diario a pensar qué hacer de comer o cenar, deberíamos hacer lo mismo con nuestros peludos.

Escoger un buen pienso

El pienso es la alimentación más popular entre los tutores de perretes y otros animales de compañía, no obstante, a la hora de elegir un buen pienso, no sirve cualquiera, ya que la diferencia entre precios y el contenido varía según las marcas. Y cuidado, porque comprar un pienso caro no siempre significa adquirir el de mejor calidad, hay que fijarse mucho en el etiquetado del producto.

Según Laura González, veterinaria y divulgadora sobre cuidados y alimentación de perros y gatos a través de su canal de YouTube, Tu Veterinaria, explica que a la hora de comprar el pienso de nuestros peludos hay que fijarse en cuatro aspectos importantes: el orden de aparición de los ingredientes en el listado de componentes, los porcentajes nutricionales, los tipos de ingredientes y la declaraciones comerciales en la parte frontal del paquete o saco.

En cuanto al listado de ingredientes, González detalla que "cuando un ingrediente aparece en primer lugar es porque tiene mayor concentración, mientras que si aparece el último, es el que menos". No obstante, también tenemos que saber diferenciar qué tipos de ingredientes son mejores que otros.

Por esto, la experta explica que, en general, hay cuatro tipos de ingredientes: las harinas de cualquier animal, los subproductos de origen animal, los piensos de cualquier animal y los que se identifican como "carne de" algún animal.

La veterinaria detalla que, en este orden, la calidad de estos piensos va en aumento, siendo los de peor calidad los que contienen harina de pollo, por ejemplo; y siendo los mejores los de, por ejemplo, carne de cerdo, ya que están fabricados a partir de músculo, hígado y otras partes que tienen valor nutricional.

Si en la parte frontal pone "sabor a pollo", por ley no tiene por qué contener nada de ese animal

Por último, González advierte de que también tenemos que prestar atención a la tabla de valores nutricionales, especialmente a las proteínas y las grasas, asegurándonos de que las primeras procedan de la carne de algún animal, y que las segundas sean siempre un poco más bajas que las proteínas.

Como mirar todo esto puede resultar complicado y nos llevará tiempo aprenderlo, la veterinaria ofrece un truco a los consumidores, que es fijarse en las declaraciones comerciales del paquete: "Si en la parte frontal pone 'sabor a pollo', por ley no tiene por qué contener nada de ese animal, lo ideal es que leamos 'pienso de' seguido de un animal, ya que contendrá al menos un 26 por ciento del mismo".

Un perro mordisqueando un hueso

Dietas naturales y la BARF

En cuanto a otro tipo de dietas como las naturales o la BARF, debemos también tener en cuenta los consejos de González, especialmente si optamos por la alimentación cruda congelada, que viene en saquitos ya formulados. Debemos asegurarnos de que contiene los alimentos que deseamos ofrecerle a nuestro perro y, además, en las cantidades adecuadas.

En este sentido, es recomendable acudir a nuestro veterinario de confianza o a un nutricionista, que nos ayude a formular una dieta específica para nuestro perro, ya que cada individuo, en base al ejercicio que realiza a diario, la raza y su condición de salud, necesitará más unos alimentos que otros.

Por otro lado, si optamos por este tipo de alimentación debemos ser conscientes de los peligros que ello conlleva, como la posible aparición de bacterias y, en consecuencia, tomar las medidas necesarias para ofrecerle a nuestro compañero de cuatro patas su porción, de la forma más segura posible.

En cualquier caso, escojamos el tipo de dieta que sea, debemos siempre escoger ingredientes de calidad, a ser posible, aquellos de los que conozcamos la procedencia y aportar la mayor variedad (tanto de carnes, como de verduras y frutas).

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