Los europeos no ven con buenos ojos utilizar animales para que la ciencia siga avanzando

Los europeos no ven con buenos ojos utilizar animales para que la ciencia siga avanzando
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La consultora de investigación de mercados británica Savanta ComRes, ha realizado un estudio en 8 países europeos sobre el uso de animales para la investigación, educación y experimentación. El resultado es esperanzador: el 77 % de los ciudadanos quiere ciencia sin animales y la considera cruel e innecesaria.

Los premios de Alternativas al Uso de Animales en la Experimentación, de la Fundación InterCIDS, a escala nacional, o el Premio Lush por la eliminación de ensayos con animales, que promueven y financian alternativas para reemplazar la experimentación animal, parecen señalar el camino.

Un tema controvertido

La experimentación animal siempre ha sido un tema controvertido. Durante muchas décadas, ha sido fundamental en la investigación científica, pero cada vez más personas se están dando cuenta del daño que se inflige a los animales de laboratorio. Además, su uso para temas de menor relevancia también es un foco de crispación: el presidente del Comité de Ética del CSIC, el genetista Lluís Montoliu, afirmó que, sin experimentación animal, no hubiéramos tenido vacunas para la Covid-19.

Perro beagle - Usado en experimentación con animales

Por esta razón, entre 2021 y 2022, el uso de animales para investigación aumentó un 70 % frente a años anteriores, si bien la tendencia es bajista. La conciencia general parece indicar: para lo grave sí, para el resto no. Aun así, esta misma encuesta reveló las preocupaciones por seguir utilizando animales y por no acelerar el total reemplazo por otros métodos, así como por la creación de estrategias que coordinen estos cambios a nivel estatal y europeo.

Los Países Bajos, Alemania y otros estados miembro se han comprometido a establecer una estrategia de transición hacia la ciencia sin animales; en España, por el contrario, si bien la preocupación es igual o superior a la media europea, no existe un plan para realizar ningún cambio, aunque sucesos como los beagles de laboratorio de la Universidad de Barcelona han dado mucho que hablar este pasado 2022.

La promoción de alternativas

En respuesta a esta conciencia pública, se están promoviendo alternativas a la experimentación animal. La Fundación InterCIDS, por ejemplo, otorga premios a proyectos que promueven y desarrollan métodos alternativos para la experimentación animal en áreas como el desarrollo de medicamentos, cosméticos y productos químicos.

A nivel transnacional, el Premio Lush para la eliminación de ensayos con animales, financia proyectos innovadores que buscan desarrollar métodos alternativos para reemplazar la experimentación animal.

En España, se ha tratado de mantener el statu quo con transparencia en los laboratorios y señalando ciertos animales menos cercanos a los seres humanos (la gran mayoría, un 75% eran ratones y ratas, un 11% peces y un 10% aves de corral, dice El País), su uso se ha reducido a la mitad en solo 10 años, probablemente debido a la mala fama de la industria.

Además, quizá las dos afirmaciones que hacen desde Lush tengan algo qe ver: la experimentación animal es cruel, y también ineficaz.

La bioquímica, la fisiología, el tamaño y la vida útil de los animales varían según las especies (e incluso razas) y afectan a la toxicidad de las sustancias de prueba. Las sustancias seguras para los ratones o ratas pueden no ser seguros para los humanos y viceversa. Algunos productos químicos, aprobados como seguros en ensayos con animales, han demostrado ser perjudiciales para los seres humanos y han tenido que ser retirados.

El premio Lush promueve la conciencia pública sobre la experimentación animal y apoya la implementación de leyes y regulaciones que prohíben o reducen el uso de animales en la investigación y el desarrollo de productos.

Estas iniciativas buscan sostener el avance científico sin sacrificar a los animales en el proceso. Además, defienden que los métodos alternativos también son más eficaces, ya que pueden proporcionar información más relevante y precisa que la obtenida a través de la experimentación animal.

En definitiva, la creciente conciencia pública sobre el uso de animales en la experimentación está llevando a la adopción de alternativas más éticas y efectivas (por lo menos, en el medio plazo). Con el tiempo, esperamos que la experimentación animal se convierta en algo del pasado y que la ciencia siga avanzando de manera responsable y respetuosa con todas las formas de vida.

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