Los gatos nos reconocen cuando les hablamos como a bebés, pero solo si somos sus dueños

Los gatos nos reconocen cuando les hablamos como a bebés, pero solo si somos sus dueños
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La mayoría de los dueños hablan con sus animales de compañía. Aunque es obvio que no pueden tener una conversación con ellos, suelen dedicarles muchas palabras bonitas y les dan órdenes a través de su voz. De hecho, la manera en la que nos dirigimos a ellos nos puede recordar a cuando hablamos con bebés o niños pequeños: utilizamos entonaciones suaves, melódicas y términos cariñosos. Solemos decir algo así como "¡Ese es mi chico!" seguido de una caricia.

Pues bien, un nuevo estudio de la Universidad de París Nanterre afirma que la forma en la que hablan los dueños a sus animales comparte características comunes con el habla dirigida a los niños pequeños. Esto quiere decir que los gatos reaccionan y son capaces de identificar cuando nos estamos refiriendo a ellos con apelaciones cariñosas, pero solo si somos sus dueños.

También, la investigación concluye que estos animales son capaces de discernir cuando sus cuidadores se dirigen a ellos o, por el contrario, cuando están hablando con otros humanos adultos.

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Cuando les hablan sus dueños sí, pero no son capaces de identificar cuando los desconocidos se dirigen a ellos

Para llevar a cabo la investigación, los investigadores examinaron el comportamiento de 16 gatos domésticos. Empezaron a grabar por un lado, las voces de sus dueños hablando con su gato. Por otro, voces de desconocidos y, por último, grabaron una conversación entre sus dueños y esos desconocidos.

El modus operandi fue el siguiente: en la casa del gato y, a cada uno independientemente, se le pusieron las grabaciones por separado e intercaladas, de forma que podían evaluarse las diferencias en las reacciones de cada gato. En esa misma habitación también se encontraban  la dueña o dueño y el experimentador del estudio. El gato cambió de comportamiento frente a cada nota de voz que se emitía mientras su dueño hacía playback.

Las grabaciones en las que los dueños hablaban con sus gatos como si fuesen bebés, fueron las que más captaron su atención. De hecho, los animales buscaban un contacto comunicativo con sus dueños porque pudieron identificar que les estaban hablando a ellos de forma cariñosa.

Para completar el estudio se hizo una segunda prueba que consistía en lo mismo. Pero, en este caso, las grabaciones que les pusieron correspondían a voces de desconocidos. Aquí, se cuantificaron los cambios de comportamiento del animal. Por ejemplo, evaluaron si el gato descansaba, se aseaba, se rascaba, hacía la croqueta, se le dilataban las pupilas, se desplazaba en una dirección distinta a su dueño o experimentador, hacia alguno de ambos, si buscaba contacto visual o físico, movía la cola, la cabeza o las orejas.

En esta fase del estudio, aunque los extraños utilizaron también una tonalidad suave y melosa para hablar con los gatos, no provocó ellos ninguna reacción.

Por tanto, los resultados del estudio confirmaron que “los gatos pueden discriminar el habla dirigida hacia ellos del habla dirigida a los humanos adultos”, comentan los investigadores. Pero, con un detalle muy curioso porque "este patrón de discriminación sólo se encontró cuando eran los dueños quienes pronunciaban las frases".

Esto quiere decir que los gatos realmente no notaban una gran diferencia  cuando hablaban los desconocidos, o no eran capaces de interpretar que se estuvieran dirigiendo a ellos o a otros adultos. De hecho, aunque los extraños también les hablaban de forma cariñosa, su comportamiento no fue tan reactivo a los estímulos ni buscó un contacto comunicativo como en el caso de sus dueños.

Foto | Pexels - Martin.que

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