El oído de los perros es un órgano extremadamente sensible que debe tener una atención y unos cuidados higiénicos específicos para mantenerlo con una buena salud.
Este órgano está mucho más desarrollado que el oído humano porque está diseñado para captar sonidos de distintas frecuencias que las personas no somos capaces de percibir.
Como cualquier parte del cuerpo del animal tienes que cuidarlo, pero para ello es necesario que conozcas su anatomía y sepas los pasos adecuados para limpiar los oídos de tu compañero perruno ya que al ser tan sensibles podrías dañar el oído interno, si no tienes los conocimientos correctos para limpiarle los oídos.
El oído del perro
Dependiendo de la raza de los perros, la morfología de las orejas cambia mucho. Existen orejas en punta, como las de un pastor alemán, orejas caídas como las de un cocker o un Basset hound, o caídas cortas como las de un braco, e incluso orejas cortas como las de un chow chow.
Podemos dividir el oído de tu perro en tres partes:
- Oído externo: Se trata del pabellón auricular y es la parte del conducto auditivo externo. En el final de este tramo nos chocamos con el tímpano y tiene forma de L. Esa forma puede provocar la acumulación de cerumen en ese tramo del conducto.
- Oído medio: Es una cavidad donde se alojan tres huesos muy pequeños y está llena de aire.
- Oído interno: Como su nombre indica, es la parte más profunda del oído.
Sea cual sea su morfología, lo importante es que tengan una higiene correcta, y para eso necesitarás limpiarle las orejas regularmente dependiendo de la raza, la exudación de cerumen que tenga tu perro o de la predisposición que tenga a enfermedades.
Es importante que adquieras el hábito de revisar las orejas de tu compañero todas las semanas. Esto no significa que se las tengas que limpiar, pero sí que vigiles su estado porque dependiendo del perro precisará limpiezas más recurrentes que otros.
Por ejemplo, los perros de orejas colgantes tienden más a desarrollar infecciones que los perros de orejas cortas. También, los perros de pelo largo, que suelen alojar más cantidad de pelo en el pabellón auditivo, están más predispuestos a crear y acumular cerumen, suciedad y mal olor en sus orejas. Esto hace que sean más sensibles a desarrollar otitis o ácaros.
Cómo limpiar las orejas a tu perro correctamente, paso a paso
Lo primero que debes saber es que, aunque hay perros que necesiten una limpieza más frecuente que otros, no es recomendable que lo ignores por completo y no se las limpies nunca a lo largo de su vida porque puede ser peligroso para él.
Aquí te dejamos los pasos, uno a uno, que deberías de realizar para limpiarle bien sus oídos:
- Siempre es recomendable utilizar unos guantes de látex. Una vez los tengas puestos, agita el limpiador auricular para perros antes de usarlo.
- Aparta el pelo para acceder bien al oído y proceder a su limpieza. Antes de aplicar el producto debes apartar el pelo que rodea la zona y, además, eliminar el pelo muerto que se acumula justo ahí.
- Coge con una mano la punta de la oreja y estírala para que cuando introduzcas la cánula del limpiador, el líquido penetre lo más profundamente posible. No debes apretar demasiado para no malgastar el producto.
- Una vez hayas puesto el limpiador en el oído, espera a que el perro se sacuda y después masajea la oreja desde la base de la oreja para que penetre bien el producto.
- Ahora es el momento de coger una gasa estéril y, utilizando uno de tus dedos y con mucho amor y suavidad, limpiar el oído. Nunca utilices la misma gasa para limpiar ambos oídos y, además, cuando vayas a poner el producto en el oído opuesto, limpia siempre la cánula con algodón y alcohol.
Cómo revisarlas y saber cuándo toca limpieza
Mantener unos oídos sanos es clave para prevenir posibles problemas de oídos en perros como la otitis. Para no tener sorpresas a la hora de limpiar las orejas o mirar el estado de salud de las mismas, lo mejor es hacer una revisión de vez en cuando a tu perro (más o menos una vez a la semana) para verificar que están en perfectas condiciones o que, por el contrario, necesitan una limpieza o tratamiento específico.
La frecuencia en la limpieza de los oídos de tu perro se hará dependiendo de si el animal lo necesita o no. Es decir, hay perros que producen mucho más cerumen que otros y que por tanto precisan una limpieza semanal.
Por el contrario, otros animales, al no generar tanto exudado ni grasa, mantienen los oídos limpios, no se les ensucian las orejas con facilidad y por eso, no precisan de una limpieza tan frecuente, sino que con hacerla una vez al mes es suficiente.
No obstante, no olvides realizar la limpieza de oídos solo si están sucios, desprenden un olor desagradable o tienen una coloración rojiza e inflamada.
Por otra parte, cuando bañes a tu perro colócale en sus oídos unas bolas de algodón para evitar que le pueda caer agua y se quede en el interior. Como son órganos tan delicados, si penetrase agua en el conducto auditivo y se aloje ahí puede ser caldo de cultivo para bacterias y desarrollar una infección u otitis. Asegúrate siempre de mantener sus oídos secos.
En definitiva, revisa la salud de sus oídos con frecuencia y consulta al especialista si tienes cualquier duda acerca de la salud auditiva de tu mejor amigo porque él es el que mejor te puede orientar y ayudar.