Según informaron en agosto de 2022, la nueva ley de protección animal avanza tras la aprobación del anteproyecto que ha impulsado el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Entre otras cosas, la ley trae consigo el fin de la clasificación de Perro Potencialmente Peligroso (PPP), término que acompaña y dificulta la vida de muchas familias desde 1999.
El objetivo es optar por una calificación individualizada mediante estudios de sociabilidad y reglamentación específica de manejo, así como universalizar el seguro de responsabilidad civil obligatorio, incrementar las penas y complementar con un curso de formación canina para propietarios.
La ley PPP de 1999
En 1999, la Ley 50/1999, de 23 de diciembre, sobre el Régimen Jurídico de la Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos definió que los perros de unas razas concretas, debían ser considerados potencialmente peligrosos por su físico y potencia de mordida, principalmente.
Hoy se aprueba en consejo de ministros la #LeyDeProtecciónAnimal una ley que incluye estas medidas y muchas más de cara a erradicar el maltrato, el abandono y el sacrificio de animales en nuestro país. Una Ley que sin duda nos hace más humanos pic.twitter.com/D0oRmzOati
— Sergio Torres (@SergioGaTorres) August 1, 2022
Las familias que conviviesen con perros clasificados como PPP, debían (deben, todavía) pasear a sus perros siempre con una correa de máximo de 1 metro, bozal y tenían totalmente prohibido soltarlos en espacios públicos, además de obtener una licencia administrativa y contratar un seguro de responsabilidad civil.
El principal problema es que estas medidas, según ACUNR y muchas otras entidades animalistas, suponían dos grandes problemas:
- Por un lado, las trabas para un correcto desarrollo del perro en el entorno: dificultades para socializar con otros perros, herramientas de manejo incorrectas (correas muy cortas, bozales innecesarios) y el miedo generalizado de otros guías desinformados.
- Por el otro, el coste económico extra y el papeleo: llevar encima siempre la licencia administrativa, pagar licencia y seguro, dificultades para viajar o encontrar alojamiento dog-friendly.
La realidad es que, pese a los incentivos, y todo lo que asociaciones de PPP como PPPerfectos, Life4Pitbulls, SOS PPP y muchas otras, las adopciones de perros de ciertas razas y mestizos de estas se han visto perjudicadas o, directamente, excluidas durante más de 20 años. La gran queja de ONGs animalistas y familias es que la ley castigaba al perro y no a los propietarios irresponsables: sobre esta base, se ha empezado a legislar para intentar alcanzar un modelo más justo.
Valorar la sociabilidad del perro como individuo
El anteproyecto de ley de bienestar animal plantea modificar, en profundidad, la polémica ley de 1999. De este modo, ningún perro será considerado PPP por su raza, puesto que se admite que no es más peligroso un pitbull que un pastor alemán o un american staddforshire que un mastín y, por el contrario, serán calificados como PME (“perro de manejo especial”), todos aquellos animales que no superen un estudio de sociabilidad individualizado.
Sobre este estudio, todavía no se tiene un reglamento definitivo, pero el proyecto de ley da a entender que no se realizará a todos los perros, sino que se tendrá presente una suerte de "presunción de inocencia" y se llevará a cabo en circunstancias especiales. Tras el estudio de sociabilidad, se establecerán por reglamento las condiciones de manejo, aunque ya ha trascendido que, si no se supera, será necesaria la licencia administrativa correspondiente y seguir una normativa específica.
Por el contrario, no hay datos sobre si será posible repetir este test de sociabilidad, si se obligará a realizar trabajos de modificación de conducta con expertos en comportamiento animal o si las condiciones serán similares a las anteriores (correa corta, bozal, etc.).
La licencia administrativa, cuando sea necesaria, no cambia, siendo necesario ser mayor de edad, no estar incapacitado para el cuidado del animal y obtener un certificado de aptitud psicológica y un seguro de responsabilidad civil para tramitarla.
Las grandes ventajas que vienen
Entre los motivos de mayor alegría, el uso de correas multiposición y largas (hasta ahora, era obligatorio llevar a los PPP con correas de 1 m), el cambio paulatino que se espera en las actitudes de otros guías caninos y la no obligación de un bozal en el día a día es lo que más percibiremos en la calle.
Todo indica que estos cambios resultarán positivos para que los perros puedan interactuar con otros perros y personas de igual a igual y sigamos convenciéndonos de los maravillosos que son muchos mestizos y razas que han gozado de una injustísima mala fama, como los pitbull, rottweiller, dogos, american staddforshire o bul terriers, entre otros.
La eliminación práctica de la ley PPP: seguro de responsabilidad civil obligatorio, ¡para todos!
Por el contrario, el anteproyecto de ley también plantea universalizar algunas medidas para cualquier perro, siendo el seguro de responsabilidad civil (RC) obligatorio para todos los perros a partir de la aprobación definitiva de la ley.
Así, los perros que dejan de ser PPP deberán conservar el seguro, y el resto de familias tendrán que sumarse a la contratación de pólizas: en Madrid, por ejemplo, ya era obligatorio, pero en muchas otras ciudades españolas no existía legislación al respecto.
Según el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, el objetivo es equilibrar las obligaciones para los propietarios de perros, que repercute directamente tanto en derechos como en deberes.
Las penas por abandono complementan los cambios
Las penas acordes con la conciencia y la ética actual, tienen como objetivo reducir maltrato y abandono. Así, se espera un mayor control, se eleva la cuantía de las sanciones y se incluye la inhabilitación de personas que vulneren estas leyes, con multas leves (de 600 a 30.000 euros), graves (de 30.001 a 100.000) y muy graves (de 101.000 a 600.000) e inhabilitaciones (o sea, nada de comprar o adoptar otro animal) de entre 5 y 10 años tras pagar la correspondiente multa.
De nuevo, la ley de protección animal sigue la línea marcada por el Ministerio: para conseguir el sacrificio cero debemos alcanzar el abandono cero, y cabe agregar el maltrato cero también.
Formación canina para seguir avanzando
Acompañado del seguro RC y las nuevas penas, llegará también un curso de formación canina para propietarios, si bien, en este caso, las familias que ya conviven con perros no tendrán la obligación de realizarlo. La formación podrá realizarse tanto en formato digital, como se pretende potenciar principalmente, como en formato presencial, cuando esto no sea posible.
El curso formativo planteará unas bases de manejo, convivencia y respeto y, como ya explicamos con todos los detalles que se conocen hasta la fecha, no planteará grandes retos, sino unas bases mínimas.
En resumen, como suele decir el refranero español: una de cal y otra de arena, pero solo por la alegría que representa para miles y miles de familias y protectoras, esta vez la cal no parece tan mala, y los cambios que se plantean muy lógicos para convivir y cuidar de un animal en 2022.