¿Qué es mejor, correa corta o correa larga? Descubre cuándo elegir cada una para pasear a un perro

¿Qué es mejor, correa corta o correa larga? Descubre cuándo elegir cada una para pasear a un perro
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En los últimos años, se ha empezado a satanizar el uso de correas cortas y a convertir la correa larga en la solución para todo. ¿Tu perro tira?, correa larga; ¿está estresado?, pues correa larga, claro. ¿Tu perro no se relaciona bien con sus congéneres?, pues... Bueno, tengo yo por aquí una correa larga que... ya te haces una idea.

La realidad es que el uso de un tipo de correa u otro depende del guía, del perro y del entorno en el que nos encontramos. Asimismo, no está bien generalizar, puesto que suele inducir a error, ya que, en la educación canina, igual que ocurre en la psicología humana, no hay una única respuesta.

Creencias que deberías ignorar desde hoy

¿Por qué usamos correas cortas y muy cortas? Por regla general, debido a ideas falsas o desactualizadas. Te pongo aquí tres mentiras como una catedral:

  • Los perros que pasean con correa corta, aprender a no tirar de la correa
  • Una correa corta permite controlar mejor a tu perro
  • La correa corta es más segura que la correa larga

Todas estas ideas surgen de creencias populares y del adiestramiento de la vieja escuela, muy efectista, pero, a grandes rasgos, basado en imposiciones y castigos. El perro aprendía para evitar dolor y castigos, no por vínculo y cooperación con el guía.

La correa es un elemento de comunicación

Correas, collares, arneses... son herramientas que imponemos a los perros para convivir en sociedad. En la naturaleza, ninguno de estos elementos tiene sentido. ¿Por qué explico esto? Porque aceptar esto es fundamental para empezar a utilizar las correas como lo que son: material para entendernos con el perro.

A menudo, la correa corta lleva muy pegada esa idea de imposición: el perro tiene que pasear a mi lado, tengo que controlar al animal y que esté cerca de mí, y detrás de mí, y camine por donde yo camino, y...

En paralelo, la correa corta, igual que muchas otras herramientas de paseo, recoge también un duro testigo: creemos que la correa corta o la correa larga van a educar al perro y ¡nada más lejos de la realidad!

Enseñar al perro depende de nosotros en un 99 % y en las herramientas ese 1 % restante. La correa corta no va a hacer que deje de tirar, para eso, debemos entender por qué tira.

Los perros tiran al margen del tipo de correa

Los perros que tiran de la correa, pasearán así independientemente de si la usas una correa corta o una correa larga. Un perro tira, porque ha aprendido que tirando consigue lo que necesita y no se le ha enseñado a pasear (de forma eficiente para todos).

Como educador, recomiendo siempre mostrar a los perros que la correa no es un elemento de castigo ni de control, sino de comunicación y límite. Así, de forma muy resumida: tirar de la correa nunca es sinónimo de avanzar y, en cambio, avanzamos y llegamos a los sitios cuando no hay tensión en la correa. Enseñar las bases de este concepto será siempre mucho más sencillo con varios metros de correa que con 50 cm, ¿no te parece?

Una vez el perro ha entendido esto, sí que podemos enseñarle a pasear con correas más cortas y en posiciones concretas (por ejemplo, junto a ti), en las que estará trabajando y no paseando ni disfrutando del entorno.

Correa Corta Correa Larga Mejor Bosque Montana

Cuándo usar correas cortas

Si entendemos el punto anterior, la correa corta tiene sentido, principalmente, en espacios en los que no podamos permitirnos pasear con varios metros de largo. En otras palabras, depende del contexto: en ciudad, por ejemplo, no tiene sentido pasear con correas de más de 2-3 metros, a no ser que nos movamos por una zona verde o un parque.

Las correas cortas son cómodas, resultan sencillas de controlar, soltar y recoger según la zona y cuentan con un largo suficiente para que el perro pueda oler, explorar y comunicarse de forma correcta con otros animales.

Cuándo usar correas largas

En mi experiencia, enseñar a los perros a pasear con mayor distancia de correa (que aprendan a no tirar, a cambiar de dirección, a pararse...) es menos frustrante y ´resulta más fácil evitar los errores: por ejemplo, tirar para llegar más rápido a los sitios frente a llegar donde quiere sin tensión.

Las correas largas son perfectas para pasear por el bosque o por zonas naturalizadas (cuando deba ir atado). A priori, no hay razones para no dar mayor libertad de movimientos, por lo que movernos con correas  de 5 a 10 metros siempre será más eficiente y divertido.

La única contrapartida puede ser la pereza de dar y recoger correa, si bien, es una cuestión de acostumbrarnos y hay correas de materiales muy duraderos que pueden arrastrarse sin problemas.

Valora el contexto

Si dejamos atrás tradiciones e ideas con poco fundamento, la realidad es que un perro no paseará a gusto con menos de 2 metros de correa. A partir de aquí, dependiendo del contexto (ciudad, bosque, campo, montaña...) y del aprendizaje de nuestro perro, escogeremos un tipo de correa u otro.

Si creemos que  necesitamos controlar o llevar al lado a nuestro perro, quizá lo más importante sea pensar los porqués: ¿el perro tiene miedo o se muestra agresivo con otros animales o personas?, ¿nos han dicho que debía ser así y hemos aceptado esta afirmación sin darle muchas vueltas?, ¿creemos que el perro no nos respetará si no vamos delante? Es importante analizar y valorar todas estas ideas preconcebidas, porque la mayoría se podrán responder y enfocar mejor con conocimientos actualizados y profesionales de confianza.

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