El anteproyecto de ley de protección, derechos y bienestar de los animales, incluido en la Agenda 2030 del gobierno trae a debate algunas de las cuestiones más conflictivas sobre bienestar animal de los últimos años.
Por el momento, se trata de una aproximación inicial, que debe pasar por debate y votación parlamentaria antes de ser aprobada y aplicada. No obstante, en referencia a las principales cuestiones sobre compraventa de animales, cría profesional, aplicación de una ética similar a otras especies con las que convivimos y endurecimiento de las penas, para prevenir la compra compulsiva y el abandono, la nueva propuesta de ley de protección animal ha dado mucho que hablar.
¿Dónde se podrán comprar animales?
La nueva ley tiene como fin limitar de forma notable la comercialización de animales. El objetivo principal es restringir la cría y la venta a criadores profesionales con afijo y licencia en vigor.
De este modo, se pretende luchar contra la exposición y venta descontrolada en tiendas de mascotas, las compras compulsivas —es decir, la adquisición de un perro, un gato u otro animal sin tener presente la situación familiar y las necesidades de ese animal—. A su vez, la cesión entre particulares, siempre deberá ser gratuita y quedar reflejada por contrato, si bien el objetivo que sobrevuela la Agenda 2030 mantiene la línea de apoyo a activistas, protectoras y ONGs animalistas.
Este visión pretende fusionar la preocupación de las protectoras con la visión de los criaderos éticos de perros y gatos, que aseguran trabajar por amor a la raza y que admiten que las malas prácticas han devaluado mucho la palabra «criador».
Pero ¿qué se espera más allá de perros y gatos?
En el artículo 32 (prohibiciones específicas, punto K) se prohíbe:
La comercialización de animales de compañía, excepto peces, en tiendas, así como su exhibición y exposición al público con fines comerciales.
Algunos centros que habían reorientado parte de su mercado estos años, como Kiwoko, ven con malos ojos esta idea. Su directora legal, Claudia Compte, expresaba en La Vanguardia que, tras la prohibición de exponer y vender perros y gatos en Cataluña —y tras numerosos incidentes relacionados con la venta de animales enfermos—, la marca creó el programa Kiwoko Adopta para contribuir en adopciones como intermediario, mientras mantenía la exposición y venta de otras especies. En la nueva situación, Compte comenta que prohibir la exposición afectará al acceso a otras mascotas y también a su programa de adopciones.
La opinión de Interzoo, portal de venta de animales y productos para mascotas, mantiene una visión similar, pues ven inviable acudir a un criadero para ciertas especies, como las aves, un hámster o un conejo.
Economía sumergida frente a leyes mucho más duras
En esta misma línea, El Correo Gallego recogía estas últimas semanas opiniones de descontento de numerosas tiendas que consideran que estas medidas llevarán la venta hacia Internet y la economía sumergida, algo que el Gobierno parece querer controlar con medidas más restrictivas, un registro estatal exhaustivo de los animales y penas acordes con la conciencia y la ética actual.
Hoy es un día muy importante porque vamos a dar luz verde en el Consejo de Ministros a la primera Ley de Derechos Animales de la historia de nuestro país. Una ley que nos hace más humanos.
— Ione Belarra (@ionebelarra) August 1, 2022
Seguimos avanzando juntos y juntas hacia ese país que ama y cuida a sus animales. pic.twitter.com/vHF3NqPKBS
A grandes rasgos, la opinión de la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, es que la ley establece “algo tan básico en nuestro país como la obligatoriedad de preservar el bienestar animal”. Por lo tanto, la nueva normativa y las multas se adaptarán a las reclamaciones actuales, con cifras a partir de 600 y hasta 600.000 euros.
Aparecen, a estas alturas, un buen número de preguntas sin respuesta. Algunas de las líneas que se han empezado a debatir son:
- ¿Podrán las multas tener un efecto disuasorio frente al comercio ilegal?
- ¿Es viable certificarse como criador para la venta de pequeñas mascotas, como los roedores o las aves o se reducirá el interés por este tipo de mascotas?
- ¿Es negativo que se reduzca la venta de pequeñas mascotas?, ¿se dará más valor a cada individuo independientemente de la especie?
La adopción se fortalece; la ética más allá de perros y gatos
Así pues, la adopción de perros y gatos se verá fortalecida, pudiendo optar por criaderos `profesionales o protectoras para incorporar a un miembro de las especies animales que acompañan a la mayoría de las familias españolas. Este punto parece estar muy vinculado al sacrificio cero para todo el país, que es evidente que requiere de medidas complementarias que eviten el colapso de protectoras.
Para aves, reptiles y roedores, entre otros, de aprobarse el anteproyecto de ley, estaríamos hablando de una clara limitación que, sin duda, encarecerá el precio de estas mascotas y, a la vez, pretende desinflar, todo lo posible, la compra compulsiva.
No obstante, la óptica del Gobierno se acerca a la de muchas asociaciones y centros de protección que piden ampliar la ética más allá de perros y gatos y aprovechar la Agenda 2030 para incluir al resto de especies.
Lara Padilla, responsable de la Asociación Protectora de Pequeños Animales La Madriguera, explicaba en prensa:
El problema de la venta de pequeños animales en tiendas es que son accesibles y baratos. Si quitamos esos dos aspectos, la gente intentará ‘adoptar’ a través de particulares y las asociaciones tendremos la ley de nuestra mano para poder denunciar a los establecimientos que sigan vendiendo o criando.
Por el momento, los peces son los únicos que "se libran" de esta ley —o, visto de otro modo, no se verán amparados por la misma— y podrán seguir siendo exhibidos en público y vendidos en tiendas y comercios.