Con qué animales de compañía debemos tener más cuidado si hay niños en casa

Con qué animales de compañía debemos tener más cuidado si hay niños en casa
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La relación entre niños y animales siempre es complicada. Hacer entender a un niño que no debe comportarse como tal (gritar, hacer movimientos bruscos e impredecibles, entre otros comportamientos propios de la infancia) en presencia de un animal, es difícil. No obstante, las enseñanzas y la empatía que podemos trasmitirle a través del cuidado de un compañero peludo son muy positivas.

Todo animal puede ser un peligro para el niño y todo niño puede ser un peligro para un animal. Por lo tanto ¿debemos asumir que la convivencia entre ambos es imposible? No, pero hay algunas especies más adecuadas que otras.

Qué animales no se llevan bien con niños

Mientras que razas de perros como los Golden retriever o los gatos debidamente socializados pueden ser compañeros perfectos para nuestros pequeños, hay otros animales de compañía cuya "paciencia" es menor y que pueden terminar creando un vínculo negativo con los más peques de la casa.

Los hurones. Aunque resultan adorables ante los ojos de los más pequeños, los hurones son animales que no deberíamos dejar solos junto a un niño. Aunque pueden ser muy tranquilos y tener un carácter manso, la forma de comunicarse entre ellos y el mundo es a través de la boca (es decir, mordiendo).

Además, aunque el hurón esté socializado y educado, el volumen alto de la voz de los niños, sus movimientos bruscos o los intentos de cogerlos en brazos (son animales muy escurridizos) podrían terminar en un mordisco y, la mandíbula de los hurones es fortísima, una vez cierran, no abren. Lo que puede ocasionar grandes lesiones a los peques de casa.

Por este motivo, si aún así queremos tener hurones habiendo niños en casa, es recomendable que los más pequeños no tengan acceso al animal de manera que no puedan estar sin supervisión y que los encuentros se realizan siempre con un adulto de por medio.

Hurón

Los loros. Otro de los animales con el que tenemos que tener cuidado si hay niños en casa son los loros. Esta psitácidas, independientemente de que sean grandes o pequeñas y de si estén o no domesticadas, poseen un poderoso pico y unas garras con las que pueden arañar incluso sin quererlo.

Además, son animales que se asustan con facilidad de ruidos o movimientos inesperados por lo que puede terminar en que alce el vuelo y se choque o en que realice algún comportamiento agresivo hacia el niño si éste lo asusta.

Es por esto que, de nuevo, cada encuentro entre los loros y los niños debe estar supervisado por un adulto que guíe al peque y le proporcione seguridad y confianza al loro. La convivencia entre ambos no es imposible, pero debe de ser adecuada, enseñando al niño a respetar el espacio del loro, que no es como un perro, que puede buscar más las caricias y el contacto humano.

Loros y un niño

Los hámsteres. Como son pequeños, los hámsteres han adquirido la fama de ser fáciles de cuidar y los animales de compañía perfectos para los más pequeños. Nada más lejos de la realidad. Estos roedores requieren de una serie de cuidados concretos como el resto de animales de compañía y, de echo, el cubrimiento de sus necesidades puede llegar a ser vital para su bienestar y su salud.

Esto no quiere decir que niños y hámsteres no puedan convivir, pero quizás debemos pensar en estos pequeños roedores como animales que nuestros hijos y sobrinos puedan cuidar, pero no tocar. ¿Por qué digo esto? Porque son animales de carácter normalmente nervioso, el ser presa en su estado natural, los convierte en asustadizos y puede derivar en mordiscos bastante graves.

Si con todos los pequeños roedores debemos tener cuidado, con los hámsteres más aún, especialmente el sirio (el hámster común), ya que, a pesar de ser muy popular, es un animal solitario e independiente, es decir, no le gustan que le estén sobando o sacando de la jaula constantemente.

Si optamos por tener un hámster como animal de compañía para nuestros pequeños, debemos plantearlo desde un enfoque educativo sobre las responsabilidades y el compromiso que debemos tener con ellos, las rutinas que realizamos para mantener su bienestar y sobre respetar su espacio.

Hámster sirio

Las serpientes. Aunque el mantenimiento de uno de estos reptiles puede resultar relativamente fácil, debemos hacer hincapié en que la convivencia de las serpientes y los niños es posible, desde la precaución. Me refiero a que las serpientes, mientras que estén en el terrario, no tienen ningún peligro pero, fuera de él, suponen ciertos riesgos que a los niños quizás les cueste entender.

Estos animales solo muerden si se sienten amenazadas, por lo que es importante que si las sacamos del terrario en presencia de los niños, éstos sepan que no deben hacer ruidos fuertes o intentar agarrar a la serpiente. Pero, ¿cómo de fácil es explicarle esto a un niño pequeño?

Además, los accidentes pasan y, sin querer, por la falta de cuidado propia de edades tempranas, el pequeño puede pisarla y lastimarla, lo que irá acompañado de un acto reflejo del animal: tirarse a morder. Algo que puede ser muy grave, no por el veneno, ya que las especies domésticas no son venenosas, si no porque su mordedura puede ser muy profunda.

Por ello, de entre los reptiles, las serpientes sean, probablemente las más peligrosas para mantener en casa junto a los niños. Aún así, si queremos tenerlas, debemos dejarlas en el terrario hasta que los peques de la casa comprendan el cuidado que debemos tener con estos animales.

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En resumen, tengamos el animal que tengamos, si hay niños por casa debemos tener siempre cuidado porque, en mayor o menor medida, siempre podemos enfrentarnos a mordiscos o arañazos. Es por estos motivos que es fundamental que eduquemos a los más pequeños hacia el respeto a los animales, enseñándoles a que no son juguetes con los que jugar, si no seres con los que podemos convivir.

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