Esterilizar a los gatos es beneficioso para ellos y no solo para los dueños

Esterilizar a los gatos es beneficioso para ellos y no solo para los dueños
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Esterilizar a un gato es una decisión que tendrá un impacto significativo para la salud física y la conducta del animal. Sin embargo, a partir de la aprobación de la Ley de Bienestar Animal, el Gobierno obliga a esterilizar todos los gatos que no sean para cría (en vigor a partir de septiembre de 2023).

Los gatos, a diferencia de los perros que cuentan con una normativa menos estricta, deberán ser esterilizados a los 6 meses de edad, si bien estas regulaciones ya estaban presentes en protectoras y en la mayoría de criadores profesionales. En Coco y Maya, igual que hicimos con los cánidos, nos hemos preguntado: ¿es positiva esta generalización para los gatos? Vamos a verlo.

La esterilización previene enfermedades

La esterilización felina previene enfermedades relacionadas con el aparato reproductor, como es lógico. Aquí la piometra, o infección del útero, y la reducción de algunos tipos de cáncer (testicular, mamario, de matriz...) son los más comunes.

Por el contrario, a nivel conductual, la castración (que no es el único tipo de esterilización, pero sí el más común) supone una serie de cambios hormonales, puesto que afecta los niveles de hormonas sexuales (estrógeno y progesterona, en las hembras; testosterona en los machos).

A menudo, esto está relacionado con aumento de peso, debido a una reducción en el nivel de actividad y un metabolismo más lento. También puede afectar, físicamente, a la densidad ósea, aumentando el riesgo de fracturas y osteoporosis.

Esterilizar gatos beneficios relación Ley Bienestar Animal

Asimismo, a nivel conductual, los cambios hormonales pueden reducir los conflictos territoriales (si tienen acceso al exterior, la agresión territorial es el punto más conflictivo, pero también los marcajes masculinas o las vocalizaciones de las hembras en época de celo), el interés por explorar y, por descontado, la propia conducta sexual.

Los cambios conductuales tienen menos peso

Si bien hay numerosos cambios en la conducta de los gatos tras la esterilización, debemos tener presente varias cosas.

  • que las protectoras y centros municipales ya esterilizan de forma generalizada por obligación;
  • que las familias con gatos que tienen acceso al exterior también deberían hacerlo por la seguridad del propio felino y la evitación de nuevas camadas;
  • que la mayoría de criaderos, no permiten que los gatos que venden tengan crías, obligando a firmar un compromiso de esterilización. Por lo tanto, si bien la ley se ha vuelto algo más restrictiva, la mayoría de supuestos ya estaban dándose en el día a día.

Además, si comparamos perros y gatos, la mayoría de los felinos caseros no tienen acceso al exterior en España y, sobre todo, no entran en contacto con distintos contextos, personas y animales a diario, por lo que los cambios de comportamiento no suelen ser tan relevantes.

Por el contrario, la esterilización previene embarazos no deseados, lo que es muchísimo más importante de lo que, a veces, tenemos presente. Para que te hagas una idea del problema: las gatas pueden tener hasta seis celos por año, por lo que una única pareja podría tener 2.500 gatos (sobreviviendo ¡solo! 2,8 gatos por camada) en menos de cuatro años.

El resto de cambios suponen una reducción de comportamientos que, hoy día, consideramos peligrosos para nuestros peludos (y lo son), como la agresión territorial y las lesiones e infecciones relacionadas.

Cambios, pero no tantos

Los cambios que llegan con la Ley de Bienestar Animal pueden parecer muy duros, pero la realidad es que apenas supondrán más que el cierre de una regulación que, en la práctica, ya está activa.

En cualquier caso, te recomendamos que hables con tu veterinario para asegurarte de que los cambios hormonales que pueda tener tu gato o gata tras una castración, no suponen riesgo. En tal caso, sería más interesante optar por alguna de las alternativas, como la ligadura de trompas o la vasectomía, por ejemplo. Sin embargo, a diferencia de los perros, que sí pueden requerir un trabajo conductual anterior, en paralelo o posterior, puede que lo mejor que les haya pasado a los felinos es establecer un protocolo cerrado para la mayoría de las familias.

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