Inmunodeficiencia felina, el SIDA de los gatos que podemos prevenir pero no curar

Inmunodeficiencia felina, el SIDA de los gatos que podemos prevenir pero no curar
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Entre las enfermedades más peligrosas que pueden afectar a nuestros gatos, la inmunodeficiencia felina es una que debemos conocer. Como tutores responsables de nuestros animales de compañía, es importante que sepamos reconocer cuándo nuestros peludos están enfermos conociendo los síntomas que suelen presentar y las patologías más comunes que pueden padecer.

En concreto, el conocido como SIDA de los gatos, "es un virus que daña y destruye las células del sistema inmunológico", expresan los expertos de AniCura, red de hospitales y clínicas veterinarios. "Esta situación provoca un deterioro gradual del sistema inmunológico del animal, siendo más graves los síntomas según avanza la enfermedad".

Si nuestro gato está infectado por este virus tendrá una mayor vulnerabilidad ante otras enfermedades, ya que su sistema inmune se encuentra mucho más debilitado. Es por este motivo que la inmunodeficiencia felina es una de las patologías más agresivas que pueden tener nuestros mininos.

No obstante, un gato positivo puede vivir sin presentar ningún síntoma durante toda su vida, lo que no significa que no debamos estar alerta. "Cuando el virus provoca la destrucción de los linfocitos T, la capacidad de protección del sistema inmunitario comienza a disminuir, por lo que el felino queda mucho más expuesto ante otros virus o bacterias presentes en el día a día", detallan los veterinarios de AniCura.

En el caso de que nuestro pequeño presente síntomas por este virus, los más comunes que todo tutor debe conocer para acudir cuanto antes al veterinario son la fiebre, la pérdida de apetito, la inflamación de las encías, la diarrea, la pérdida de peso, el dolor estomacal y el deterioro mental, según el blog de la red de hospitales y clínicas veterinarias.

"Además, la aparición de enfermedades de manera recurrente puede ser un gran indicativo de que su sistema inmunitario no está funcionando correctamente", añaden.

La prevención es vital contra la inmunodeficiencia felina

Actualmente, no existe ninguna vacuna validada para combatir el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF) y, aunque hay varios estudios sobre ello, en España ninguno está aprobado. Tampoco tiene tratamiento, por ello, la prevención es la mejor medida para evitar esta enfermedad.

Sin embargo, aunque no podamos terminar con la enfermedad, sí que podemos paliar los efectos de esta enfermedad, ofreciendo a nuestros gatos una vida feliz con los cuidados adecuados. "Controlar las salidas y evitar las peleas con otros gatos son dos acciones que pueden suponer la mejor medida de prevención", detallan desde AniCura.

Un gato en un veterinario
Un gato en un veterinario. Foto: AniCura

"Si tu gato ya está infectado, recuerda realizar chequeos de su salud y estado físico, además de proporcionarle unos cuidados y alimentación específica para fortalecer su sistema inmune", explican. "De manera complementaria y siempre bajo el asesoramiento veterinario, puedes administrarle fármacos antimicrobianos o antiinflamatorios con el objetivo de ayudar a combatir posibles infecciones o bacterias".

En gatos positivos, la alimentación debe ser especial y adaptada a las condiciones y necesidades del animal. "Normalmente, con un mayor contenido calórico", cuentan los veterinarios de AniCura. "Las desparasitaciones, tanto internas como externas, también deben realizarse con mayor regularidad".

Contagio y detección del virus

Se le conoce como el SIDA felino porque, al igual que el humano, este virus se transmite por vía sexual y el contacto con la sangre, pero también por la saliva y de forma hereditaria (de madres a cachorros durante las cuatro primeras semanas de gestación).

Es por este motivo que la convivencia entre un gato positivo en inmunodeficiencia y uno sano no es imposible. Si ambos están castrados y se han realizado las presentaciones adecuadas (para evitar posibles peleas), ambos mininos pueden vivir en un mismo hogar sin que uno contagie al otro.

La única forma que tenemos de saber si nuestro gato es positivo en inmunodeficiencia es realizando el test en el veterinario. Es recomendable que, tan pronto podamos, acudamos a nuestra clínica de confianza con nuestros mininos y le hagamos el test, ya que, aunque no presenten ningún síntoma, es bueno saber si están infectados o no, especialmente en aquellos casos en los que conviven con otros gatos.

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