Los galgos de carreras australianos seguirán sufriendo operaciones peligrosas tras tumbarse la ley que iba a protegerlos

Los galgos de carreras australianos seguirán sufriendo operaciones peligrosas tras tumbarse la ley que iba a protegerlos
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Mientras que en España debatimos sobre la inclusión de los perros de caza en la Ley de Bienestar Animal, en Australia los veterinarios luchan por evitar que a los galgos se les realicen operaciones quirúrgicas arriesgadas para correr en los canódromos.

La mayoría de los australianos quieren ver terminadas las carreras de galgos. "No queremos que los galgos mueran y se lastimen. El año pasado en las pistas australianas murieron 213 perros y hubo más de 10.195 heridos", explica Andrea Pollard, presidenta de la Coalición para la Protección de los Galgos (CPG) a The Guardian.

Concretamente seis de cada diez australianos querrían ver las carreras prohibidas y siete de cada diez querrían que no obtuvieran subvenciones, según los datos de la agencia de protección de galgos, GREY2K USA Worldwide). A pesar de estos datos, el gobierno de Nueva Gales del Sur se ha posicionado del lado de esta industria en cuanto al debate abierto sobre las prácticas de inseminación artificial llevadas a cabo en el país.

Todo empezó con un proyecto de ley de la coalición el año pasado, que incluía prohibiciones de la inseminación artificial quirúrgica en perros (SAI por sus siglas en inglés), tal y como explica The Guardian. Al parecer, el gobierno del estado australiano ha retrocedió y eliminó esta parte antes de que se redactara el proyecto de ley final.

"Este método se utiliza en aproximadamente el 80 por ciento de la cría de galgos e implica anestesiar al animal, hacer una incisión, sacar el útero para colocar esperma congelado en él y volver a colocarlo en su sitio, para coser el orificio nuevamente", detallan en el periódico británico.

Una práctica rechazada por los veterinarios

Esta decisión ha levantado la voz de muchos expertos en el ámbito de la veterinaria del país, quienes, desde la Asociación Veterinaria Australiana (AVA) describen la práctica como "una técnica invasiva y dolorosa", además de innecesaria, ya que consideran que la inseminación artificial transcervical (TCI por sus siglas en inglés) es "mucho menos arriesgada, dolorosa e igual de efectiva".

Los veterinarios no son los único en llevarse las manos a la cabeza, también lo han hecho los amantes de los perros y los animales, quienes abogan por el bienestar de los mismos. "El gobierno de Perrottet ahora ha dejado constancia de que apoya un procedimiento de crianza canina inhumano que es condenado por la AVA, la RSPCA y el grupo veterinario independiente de Australia, Senient", afirma en declaraciones recogidas por The Guardian la presidenta de la CPG.

Galgos de carreras

¿Por qué el rechazo de los veterinarios?

La oposición veterinaria viene de que se trata de una práctica antigua que ya puede ser reemplazada por otros métodos mejores, tal y como explica la veterinaria Dra. Sarah Pollard Williams, actualmente profesora a tiempo parcial y profesora clínica en Universidad Charles Sturt en la revista sobre salud animal Vet Practice.

"El procedimiento es innecesario y poco ético, ya que es muy invasivo y, a menudo, doloroso para las perras", asegura. "Además, los efectos anestésicos duran más en ellos que en la mayoría de las otras razas de perros y también corren un mayor riesgo de fallo en la coagulación de la sangre si hay una hemorragia quirúrgica relacionada con el procedimiento".

En resumen, la veterinaria considera "un poco loco", el tener que someterse a un procedimiento quirúrgico con  anestesia general para quedarse embarazada.

El negocio del semen congelado

No obstante, el mundo de las carreras de galgos genera mucho dinero y, según la oposición del gobierno de Nueva Gales del Sur, la decisión ha estado basada en la presión por parte del sector ya que algunos veterinarios se hacen de oro gracias a esta práctica.

Al parecer, el ministro de agricultura del estado australiano, Dugald Saunders, explicó el año pasado que el cambio legislativo se hizo después de consultar con varios veterinarios, aunque solo nombró a John Newel, veterinario de Dubbo, quién es uno de los principales proveedores de esperma congelado del país, lo que desde la oposición en el Senado se vio como un conflicto de intereses.

"Una prohibición inmediata de la inseminación artificial quirúrgica tendría un impacto significativo en la cría de perros de carreras de galgos", concluyó Saunders. Ahora que el tema está cerrado, al sector veterinario y animalista no le queda más opción que seguir presionando al legislativo para incluir la prohibición.

¿No os resulta esta situación familiar? Aunque en el caso de España no ha estado movido por motivos económicos, lo que ha ocurrido en el estado australiano es similar a lo que ha pasado con los perros de caza en nuestro país, que han quedado fuera de la Ley de Bienestar Animal por las presiones del sector cinegético al Gobierno, dejando ver que algunos sectores tienen mucho poder a la hora de meter presión en las decisiones legislativas.

Galgo cachorro

La inseminación artificial en España

En nuestro país, la inseminación artificial en perras se hace de diferentes formas, dependiendo de la calidad del semen y de su uso fresco, refrigerado o congelado. "En la inseminación artificial, el depósito del esperma en el tracto genital femenino puede realizarse dentro de la vagina o dentro del cuerpo del útero", expresan en Portal Veterinaria.

"Cuanto más alto en el tracto genital femenino sea realizada la inseminación, menos espermatozoides necesitaremos para lograr la fertilización". añaden. "Cuando se trabaja con semen fresco se utiliza la inseminación artificial intravaginal, reservando la vía intrauterina para cuando se trabaja con semen hipospérmico. Se trata de una técnica sencilla que se aplica también con semen refrigerado".

En el caso de que se trabaje con semen congelado, la forma más común es la inseminación artificial intrauterina. "Es más dificultosa ya que debemos atravesar la pequeña abertura que nos proporciona el cuello uterino", detalla el Dr. Miguel Ángel Valera de Centauro Policlínica Veterinaria. "Podemos hacerlo de forma quirúrgica, haciendo una laparotomía (abrir el abdomen) e inyectando el semen en el útero, pero requiere una anestesia general y es un procedimiento quirúrgico que implica los riesgos propios de estas técnicas".

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