Tu perro sabe cuándo le estás engañando y además no se le va a olvidar

Tu perro sabe cuándo le estás engañando y además no se le va a olvidar
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¿Por qué son los perros tan buenos leyendo nuestras intenciones? ¿Saben acaso distinguir entre las buenas y las malas personas? ¿Se trata de conductas instintivas o hay un aprendizaje social detrás?

En cualquier caso, si solo quieres un consejo básico: intenta ser sincero y no basar tu relación humano-animal en engaños, porque vas a afectar al vínculo y vas a ser poco confiable para tu colega peludo. Y, a continuación, ya te explico por qué con ayuda de algunos estudios...

Cuando engañamos a un perro

Akiko Takaoka (Universidad de Kioto) se planteó un experimento sencillo: observar qué hacían los perros cuando se les ayudaba y cuando se les engañaba.

Para ello, colocó comida debajo de varios recipientes y pidió a algunas personas que señalasen donde había alimento y a otras donde no había. Tras varias repeticiones, los perros ignoraban las señales de las personas que los habían engañado, e incluso se enfadaban, mientras que cooperaban y se mostraban sociables con los que les habían ayudado.

Una lectura básica que puede explicar esto se basa en el vínculo: si cooperamos y ayudamos (incluso ofrecemos estímulos apetitivos, como la comida) el perro fortalecerá su relación con nosotros; además, por propio condicionamiento clásico (asociación de estímulos) y operante (consecuencias positivas o negativas), el perro aprenderá que nuestros gestos son un elemento a tener en cuenta (o ignorar).

Si tratan mal a los míos, no me fío

Si me preguntas, me parece más interesante el estudio finés Breed differences in social cognition, inhibitory control, and spatial problem-solving ability in the domestic dog, donde buscaban diferencias en la respuesta social, el autocontrol y la resolución de problemas espaciales. En este caso, se realizó el experimento anterior también, y se comprobó que el hovawart confiaba más en sus sentidos que en las indicaciones humanas.

Sin embargo, resulta más útil otro de los experimentos del estudio, donde varios propietarios con sus perros se colocaban delante de voluntarios que los trataban bien o, por el contrario, les gritaban o se comportaban de forma agresiva. Después, intentaban ofrecer comida a los perros: en el primer caso, la mayoría aceptaba su comida y se mostraba social; en el segundo, los perros se mostraban hostiles y rechazaban la comida.

Como ves, hasta aquí, los estudios prueban aspectos básicos, pero que resultan importantes para entender cómo aprenden y se comportan los perros. Aunque quizá otros artículos concluyan que los perros saben "juzgar" y entienden cuándo las personas no son dignas de confianza, yo solo voy a aceptar la segunda parte, y te explico por qué.

El teorema del pollo asado

Los estudios de comportamiento canino anteriores han demostrado que los perros perciben cuando alguien no es honesto y recuerdan a esa persona. En adelante, pueden desconfiar incluso. Esto no solo se aplica a desconocidos: si nosotros no somos un referente "seguro" para nuestros perros (no somos relativamente previsibles, por decirlo de otro modo), progresivamente dejarán de confiar en nosotros. Esa desconfianza puede materializarse en pedirnos espacio, ladrarnos como advertencia o frustrarse, si no pueden coger distancia o abandonar un espacio compartido, generando tensión en la familia.

Imagínate que, cada tarde, le das a tu perro una pelota para que juegue un rato y, a los diez minutos, le llamas y le quitas la pelota. Para él, va a ser muy fácil relacionar que esa llamada implica perder la pelota y, poco a poco, tanto la llamada como tu presencia ante la pelota hará que desconfíe hasta el punto de que puede intentar retener la pelota con otras acciones.

Pelota Confianza Perros Saben Leer

Lo mismo ocurre si siempre le enseñamos un pollo asado y le pedimos que se siente, pero nunca le damos comida: probablemente, empiece a realizar otras conductas, más o menos, intensas (para intentar conseguir la comida), pero, si nunca lo consigue, que nos movamos con un "pollo asado" en la mano, no será un estímulo que asegure que vamos a darle pollo. Si, además, realizamos distintas conductas (lo llamamos, le azuzamos delante el alimento, se lo acercamos, etc.) y nunca puede conseguirlo, vamos a empezar a ser menos "confiables".

Por algo muy sencillo: ante situaciones contigo donde el perro tiene expectativa de alegría, siempre termina en tristeza. Como si a los niños, cada Navidad, les decimos que vamos de vacaciones a Eurodisney, pero nunca vamos. Esto no solo afectará a la expectativa, sino también a la confianza que pueden tener los hijos en sus padres.

Por qué ocurre esto

Sin estudios concretos, resulta imposible dar una lectura completa a este fenómeno, aunque sin duda la gran capacidad asociativa de los perros tiene mucho que ver. Ellos pueden asociar un gran número de estímulos visuales, olfativos o auditivos: gestos, cambios en la postura, sudor, dilatación pupilar, y todo lo que se te ocurra casi.

Además, son unos maestros relacionando situaciones y acciones con  consecuencias (condicionamiento operante), así como entienden, de forma innata y gracias a la selección genética (puedes leer sobre pautas de acción modal si te interesa), cómo ante equis conductas deben huir o enfrentarse. Por esta evolución en la especie, el hovawart confía más en sus instintos y un border collie nos seguirá la mano y confiará en nosotros un mayor número de veces, aun cuando le engañemos.

En la mayoría de los casos, no obstante, también está muy relacionado con nuestras respuestas frente a cada situación (¿te has fijado todo lo que tu perro te observa a lo largo del día?), que dan información valiosa para saber cómo actuar en el futuro por parte de sus referentes (o sea, nosotros).

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