Los primeros meses con tu perro son un momento de muchas emociones. Muchísimas. La mayoría son fantásticas y maravillosas, pero también te asaltan las dudas. ¿A qué hora paseamos para evitar el calor?, ¿cómo le protejo de las garrapatas?, ¿es bueno que se moje? ¿Cómo puedo hacer un cambio en su rutina? Los días son más largos, la jornada intensiva, las vacaciones... Y el paso de la idealización a la realidad: del "mi perro va a ser así y asá" al "mi perro es de este otro modo, ¡y sigue siendo genial y único!"
Como hay muchas cosas que escapan a nuestro control, hemos decidido hacerte una lista de todo aquello que sí puedes prever, organizar y convertir en parte de una rutina más cómoda y sencilla para todos.
No (te la) juegues con el tiempo
Este verano está siendo uno de los más calurosos que se recuerdan. Hace calor, mucho calor, pero los días siguen su curso, ¿verdad? Sin embargo, es importante que, tanto tú como tu perro, adaptéis el juego, los paseos y hasta la convivencia en casa a la situación actual.
- 1. Durante las olas de calor como las que hemos vivido en España, asegúrate de no salir a la calle en las horas centrales del día para evitar un golpe de calor.
- 2. Si vives en ciudad, puedes colocar la mano en el hormigón y comprobar si puedes mantenerla, por lo menos, 5 segundos. Si no puedes, no es buen momento para salir a pasear.
- 3. Ante las temperaturas muy cálidas, toma precauciones: mantén la casa ventilada, lo más fresca posible, deja siempre agua a disposición y opta por incorporar una piscina con agua o una cama refrigerada, si es posible. También puedes refrescar sus almohadillas y su estómago.
- 4. Cuida del pelo de tu peludo: cepíllalo a menudo para que no pase tanto calor por culpa del pelo muerto; no lo rapes nunca, y tampoco le cortes el pelo si no pertenece a una raza que lo permita (que son pocas).
- 5. Cuando salgáis a caminar, protege sus almohadillas (¡hay cremas y calzado especial!). Para asegurarte, intenta que no pasee encima del hormigón ni durante las horas de más calor.
- 6. Evita actividad de alto nivel (juego intenso, correr...), ¡en especial, en las horas centrales del día! Valora siempre el estado de salud y la edad de tu compañero antes de proponerle actividades poca adaptadas o de mucho desgaste.
Cuidados para la salud: antiparásitos, dermatitis y espigas
Después, salimos a la montaña o vamos de viaje al pueblo y nos encontramos con todo tipo de peligros que no habíamos previsto: parásitos, garrapatas, espigas... ¡y hasta dermatitis en la piel!
Grábate a fuego los consejos siguientes, hazme caso:
7. Para evitar parásitos y garrapatas, habla con tu veterinario y desparasita a tu perro interna y externamente mediante pastillas y pipetas; cómprale un collar antiparasitario que también evite el mosquito flebotomo (transmisor de la leishmaniasis).
8. Si viajáis o hacéis excursiones por zonas con hierba seca, espigas u objetos que puedan entrar en nariz u orejas de tu perro, toma precauciones. Si va suelto, átalo o llámalo; intenta evitar el contacto bajo riesgo de una intervención, que suele ser sencilla, pero costosa en tiempo y dinero. ¡No son 200 o 300 euros que te vas a gastar a gusto si se da el caso!
9. En verano, son comunes las dermatitis húmedas (o piotraumáticas); si ves que tu perro tiene zonas pegajosas, purulentas o con exudado (color rojo vivo), vas a tener que acudir a veterinario. Lo ideal es mantener la piel seca y sin enredos (es más común en perros de pelo largo, pero no exclusivo). En las primeras fases, puedes cortar el pelo y lavar con clorhexidina (u otro bactericida), pero suele ser recomendable acudir a consulta veterinaria, porque produce mucho picor y dolor.
10. Si las garrapatas se han enamorado de tu perro, puedes utilizar una pinza quitagarrapatas: hoy por hoy es la solución más efectiva junto a la prevención.
11. No dudes en bañar y en bañarte con tu perro, ¡remedio infalible para el calor! Simplemente, asegúrate de que, tras el baño, su pelaje queda bien seco tanto por encima como por las capas inferiores de pelo. Entre otras cosas, evitarás infecciones y dermatitis húmedas.
Cambios de rutina: ¡siempre progresivos!
Durante el verano, más allá de las precauciones anteriores, se cometen dos errores asociados a un punto conflictivo: la rutina.
Siempre que sea variada, ¡los perros adoran la rutina! La rutina les permite saber cuándo toca descanso, juego o paseo, por ejemplo. Sin embargo, en épocas de vacaciones y, en especial, durante el verano, la rutina suele cambiar de un día para el otro.
A menudo, aunque este cambio abrupto no sea muy positivo, el inicio de las vacaciones supone un cambio "a mejor" (más tiempo juntos, más actividades, viajes...) y, al final de agosto o septiembre, una vuelta a una rutina "peor" (menos rica: más tiempo solo, menos actividad, etc.).
12. Para evitar problemas de ansiedad, frustración o hiperapego, debemos realizar los cambios de rutina de forma progresiva: siempre será mejor dedicar un tiempo prudencial a incrementar el número de horas juntos o las actividades que no son habituales de forma paulatina para que los animales se adapten bien. ¡Vale la pena hacerlo tanto al principio como al final de las vacaciones! Y no lo dejes para el último momento.
13. Junto a la modificación de su rutina diaria, el verano suele encajar con muchos cambios de alimentación. Si agregamos nuevos alimentos o acabamos de realizar una adopción responsable (¡es una gran época para incorporar a un perro!) y queremos cambiar su alimentación, lo haremos de forma progresiva y variando, poco a poco, los porcentajes entre el antiguo y el nuevo alimento.