El westie, diminutivo de West Highland white terrier, es un perro amigable, noble, equilibrado y con carácter de terrier, como corresponde a la raza. Lo que se traduce en un animal con mucha energía, que se ha usado tradicionalmente para la caza menor (conejos y roedores) y la presa en madrigueras.
El Westie desciende del Cairn Terrier, uno de los primeros perros de trabajo escoceses y mantiene un carácter muy similar, si bien la selección genética perpetuó a estos perros de pelo blanco para facilitar la diferenciación con las presas. Aun así, como curiosidad, hasta finales del siglo XIX, nadie empezó a criar expresamente Westies para evitar confundirlos con otras presas, pues el blanco estaba relacionado con debilidad en la raza.
Cómo son los westies
Los westies son perros pequeños que viven entre 12 y 14 años, con una altura media de 28 cm y un peso que se mueve entre los 6 y los 10 kg. Su cola, alargada (13-15 cm), en forma de zanahoria suele decirse, es tan característica como el manto blanco y algo desgreñado de la raza. Las orejas, pequeñas, se mantienen erguidas para el estándar del Westie.
La capa interna del pelo (el subpelo) es denso y suave, pero la superior es más larga y suele enredarse con relativa facilidad sin los cuidados oportunos. Los West Highland se reconocen fácil por sus ojos de tonos oscuros y su trufa negra, que impactan entre tanto blanco.
Comportamiento del West Highland
Aquellos que han compartido la vida con un West Highland, estarán de acuerdo en que son perros muy juguetones, sociables con las personas y divertidos (les encanta hacer "monerías" con la familia), pero también independientes y algo tozudos.
En el adiestramiento tradicional, solía decirse que era uno de esos perros que necesitaban "firmeza" en la enseñanza, pero como buen terrier, requiere una estructura clara y evitar que, debido a su carácter descarado, empiece a ponerse por encima de las personas: a proteger objetos, tener rabietas para conseguir cosas, etc.
Por lo demás, es un perro confiado, astuto, muy valiente y que se mantiene en alerta, por lo que puede ser un buen perro guardián. También encaja bien en familias con niños, a quienes se les enseñe a tratar correctamente a los perros, se adaptan a campo y ciudad, y suelen destacar en deportes de obediencia y agility. Si no quieres un perro que te redecore el jardín, quizá el westie no es la mejor raza: su genética hace que tienda a excavar y también a ladrar a menudo.
Si tienes otros animales, es importante que el westie los conozca de joven, ya que debido a su genética de terrier, puede costarle convivir con gatos y, sobre todo, con animales pequeños, como los conejos. La correcta socialización (y progresiva que, a menudo, se nos olvida) es una gran idea para tener un perro equilibrado, que se lleve bien con otros perros, si bien, a menudo, el westie suele ser bastante selectivo con sus compañeros.
Cuidados del westie
Los terrier no son perros difíciles de mantener, y el westie no es una excepción. Es un perro que no te exigirá, ni mucho menos, tanto como te ofrecerá. Son recomendables los paseos largos, el ejercicio de intensidad media-alta y la obediencia, para estructurar un poco su día.
Sin embargo, al westie le encanta hacer cosas y, a diferencia de un pastor alemán, por ejemplo, más vinculado a una persona de la casa, los westies quieren realizar actividades con toda la familia: algo muy positivo.
De igual modo, valdrá la pena:
- establecer rutinas de socialización con perros, personas y otros animales,
- marcar unos límites claros en casa (son perros que ladran en señal de alarma, por ejemplo),
- acostumbrar a las manipulaciones, o sea, que se dejen asear, levantar y acariciar, asociando estas experiencias a cosas positivas
Asimismo, aunque el westie es una raza de perro sana, sí suelen mostrar algunos problemas de piel seca y no es conveniente bañarlos más de una vez al mes —incluso cada más tiempo—. Complementaremos con jabones de prescripción veterinaria e hipoalergénicos, secados en profundidad (por esto, entre otras cosas, las manipulaciones son tan importantes) y un cepillado regular.
Las zonas que suelen acumular mayor suciedad, como el hocico, los ojos y las orejas, pueden empezar a verse descuidadas si no se limpian. Es tan sencillo como retirar el exceso de cera de las orejas con una toallita, así como lavar hocico y retirar legañas de forma periódica.
Enfermedades genéticas
Entre las enfermedades graves que pueden padecer los West Highland, la osteopatía craneomandibular es quizá una de las más complejas, donde se produce un crecimiento anormal del hueso de la quijada. Se trata de una enfermedad genética, por lo que la adquisición de un westie debe tener presente esta posible afección.
Además, los westies, igual que los Bedlington Terrier, tienen tendencia a sufrir enfermedad hepática (acumulación de cobre), que también es un desorden autosómico recesivo, es decir, genético, y puede evitarse con la cría responsable.
Claves para adoptar un Westie
El westie fue un perro de los noventa. Hoy día, existen criadores que siguen manteniendo y promocionando esta fantástica raza, pero no suelen verse tanto como hace tres décadas. Por ello, es posible que la adopción de un westie sea (relativamente) compleja, pero no deberíamos caer en los famosos anuncios de venta por Internet.
Existen asociaciones y protectoras que entregan en adopción a animales de esta raza de forma periódica y, si optas por la compra, ten presente que deberías hacerla con un criador profesional, que te asegure que el animal está libre de enfermedades genéticas y cuenta con unas características acordes a la raza.
Por lo demás, si quieres un perro equilibrado, que socializa bien (bruto y terco, para su tamaño, por lo que, a menudo, le verás jugando de igual a igual con animales que lo triplican en tamaño) y que será el perfecto perro de familia. Asegúrate, sobre todo, de que sabes cómo gestionar la vida y el día a día con un terrier, o pide ayuda profesional (que nadie nace sabiendo).
Qué dice la Ley de Bienestar Animal
Con la aprobación de la Ley de Bienestar Animal, el westie —igual que cualquier otro perro de familia— requerirá de un seguro de responsabilidad civil, pero no supondrá grandes dolores de cabeza si te planteas una tenencia responsable y tienes presente los puntos que hemos tratado a lo largo del artículo.
Si has llegado a este artículo valorando si el westie es para ti, te diré que es un perro de diez, duro, pequeño, pero matón; alegre, equilibrado, que se adapta bien a todo tipo de familias y que, con un nivel de actividad medio, puede ser el peludo más agradecido que has visto nunca.