Entre los principales objetivos que plantea la Ley de Protección Animal, encontramos el abandono cero. Un requisito imprescindible si se quieren cumplir las propuestas de bienestar animal y sacrificio cero.
Por esta razón, las sanciones y las penas que llegarán con la nueva ley van a cambiar radicalmente el panorama actual, enfrentando a las familias y a los criadores a un control más exhaustivo.
Cuándo se considera "abandono"
Según el último estudio presentado por Fundación Affinity, en 2021 llegaron a las protectoras 168.000 perros y 114.000 gatos en España. Una de las peores cifras de toda la Unión Europea.
Tras la aprobación de la ley, no solo aumenta la exigencia en el hogar (un perro no podrá estar solo más de 24 horas ni en un espacio no acondicionado para su bienestar físico y mental, por ejemplo), sino también los supuestos en los que se considerará que ha sido abandonado.
Por definición, a partir de ahora todo animal que vaga sin destino, sin control o sin el acompañamiento o supervisión de persona alguna será considerado como abandonado. Asimismo, también serán considerados como animales abandonados aquellos que no se recojan por el titular o responsable de residencias, centros veterinarios u otros establecimientos similares (excepto los gatos de colonia felina).
No es casual que, entre los objetivos principales de la ley se remarque:
La presente ley tiene como objetivo implementar mecanismos legales con el fin de fomentar la protección animal y prevenir el alto grado de abandono de animales en nuestro país, estableciendo un marco común en todo el territorio español, implicando a los poderes públicos y a la ciudadanía en el respeto a todos los animales.
¿Qué ocurre si se escapa el perro?
Si bien la ley obligará a identificar, esto no servirá como atenuante de un posible abandono, si no se ha denunciado su desaparición en las primeras 48 horas (el plazo establecido que marca el texto).
Dicho de otro modo, si nos roban a un animal o el perro se escapa, no tenemos nada de lo que preocuparnos si damos aviso a las autoridades y se encuentra correctamente identificado.
En el caso de los gatos, queda prohibido dejarlos vagar o deambular sin supervisión, una prohibición que aplicará tanto a perros como a gatos y otros animales. Así, permitir vagar a tu gato por el barrio, por el pueblo o por los tejados (fuera de tu casa) pasa, pues, a ser ilegal.
Abandonar: infracción grave
Algunos municipios ya cuentan con penas y sanciones mayores, sin embargo, el panorama a nivel estatal sigue rigiéndose por el artículo 337:
"El que abandone a un animal de los mencionados en el apartado 1 del artículo anterior en condiciones en que pueda peligrar su vida o integridad será castigado con una pena de multa de uno a seis meses".
En Madrid, en cambio, según la ley autonómica (Ley 4/2016, de 22 de julio, Protección de los Animales de Compañía de la Comunidad de Madrid) las sanciones económicas se movían en una horquilla desde los 300 a los 45.000 euros.
A partir de ahora, el abandono será registrado como un delito grave, lo que se traduce en multas de 10.001 € a 50.000 €. Al abandono, se unen matar o infringir daños como imprudencia, practicar mutilaciones o no cumplir las obligaciones de identificación.
El proyecto de ley aprobado, con el objetivo de una tenencia responsable, también tiene presente la posibilidad de penas de hasta 3 años de prisión en casos muy graves.
El artículo 82 detalla todos los supuestos, que no solo incluyen una acción activa para dañar a los animales, sino también pasiva, como incumplir obligaciones exigidas por la ley (bienestar, identificación, uso de métodos agresivos) o no denunciar la pérdida o robo de un animal.
En resumen, la tenencia responsable de animales se convierte en uno de los objetivos básicos que encabezarán este 2023 y negarse a cambiar con la ley puede salirnos muy, muy caro. Por ahora, el planteamiento ha sido acogido con muy buenas críticas a excepción del sector de la caza, que sigue sin ver justo ni viable adaptarse a los objetivos de bienestar para sus perros.