Tras el debate en el Congreso de los Diputados el pasado 6 de octubre, algunas de las enmiendas parciales seguirán su debate en el Parlamento. Sin embargo, la ley prosigue su camino, con polémicas como la vinculada a los perros de caza, pero con una fuerte motivación para endurecer las penas y premiar la tenencia responsable.
Las multas y sanciones que llegan con la Ley de Protección Animal son el mejor ejemplo de la dinámica: más pedagogía, mayor control y, por descontado, multas muy elevadas e incluso penas de cárcel. Las multas, como cabía esperar, estarán muy vinculadas a algunos de los objetivos del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030: sacrificio cero, que se acompaña de un endurecimiento en la cría, reducir los abandonos y mejorar las condiciones de bienestar, poniendo fin a cualquier situación de desprotección.
Infracciones leves (hasta 10.000 euros)
Las multas previstas tienen una intención clara de acabar con algunas prácticas que siguen sucediendo en la actualidad. Así, incluso las infracciones leves permitirán sanciones económicas que se moverán entre los 500 y los 10.000 euros.
Entre las prácticas que se colocan en el punto de mira, destaca la prohibición de mantener animales de forma permanente en espacios cerrados o sin lugar donde ponerse bajo cubierto, como terrazas, azoteas, sótanos, patios y similares o privarlos de compañía, en caso de ser animales gregarios como los perros y los gatos.
Asimismo, destacan:
- No podrán permanecer atados o deambular por espacios públicos sin supervisión presencial de su cuidador
- No está permitido que se queden dentro de vehículos cerrados y expuestos a condiciones meteorológicas peligrosas para su vida
- No se permitirá dejar a un animal sin supervisión durante 3 días seguidos; en el caso de los perros, durante un máximo de 24 horas
- Los animales que tengan acceso (no controlado) a otros animales deberán estar esterilizados; de igual modo, en una misma vivienda, por lo menos uno de los dos sexos deberá estar esterilizado y se deberán adoptar medidas para evitar la reproducción descontrolada
Entre las obligaciones generales, también se hace referencia a la recogida y limpieza de excrementos y pises en zonas públicas, la superación de un test de sociabilidad, la contratación de un seguro de responsabilidad civil y la comunicación de pérdida o sustracción de un animal en un plazo máximo (48 horas) para que las autoridades no lo consideren abandono.
El objetivo principal de estas sanciones parece ir encaminado a eliminar, de una vez por todas, algunas prácticas habituales que pueden hacer peligrar la vida de los animales (en especial, de los perros y gatos) y suponer graves molestias para la convivencia en comunidad.
Infracciones graves (hasta 50.000 euros)
En el siguiente bloque, la Ley de Protección Animal busca una protección jurídica y legal para los animales, centrada en el bienestar y en la tenencia responsable, prohibiendo prácticas como: matar o infringir daños permanentes a un animal como imprudencia, abandonarlos, practicar mutilaciones o modificaciones corporales no autorizadas, administrar sustancias que perjudiquen o alteren el comportamiento o no cumplir con las obligaciones de identificar a un animal en el registro correspondiente.
A excepción de los peces, también se prohíbe comerciar o exponer animales por criadores no autorizados y en tiendas, criar animales silvestres exóticos o utilizar a los animales como recompensas o premios.
En este apartado, destacan dos puntos más:
- Se prohíbe utilizar animales en actividades festivas o culturales sin contemplar las previsiones de cuidado por ley, así como su uso en atracciones, ferias y la presencia de fauna silvestre en los circos
- Enviar animales vivos por correo o mensajería, aunque se permite recurrir al transporte profesional de animales
Infracciones muy graves (hasta 200.000 euros)
Por último, las infracciones más graves se centran, principalmente, en prácticas intencionadas y no tanto negligentes, como sacrificar animales sin permiso, matar o infringir daños de forma intencionada, practicar eutanasias con medios inadecuados o adiestrar animales para peleas.
La ley también contempla otros casos que deberían quedar para la historia negra del país, como usar animales de compañía para el consumo humano, el aprovechamiento cinegético de gatos o alimentar animales con vísceras, cadáveres o despojos sin control sanitario.
Visión general de los cambios
Si hacemos un pequeño resumen, se percibe un fuerte endurecimiento de las leyes y las sanciones, que se acompañará de hasta tres años de cárcel para los casos más graves, según confirmó el Consejo de Ministros. El objetivo está claro: reducir abandonos, endurecer las condiciones para una correcta tenencia responsable y poder alcanzar el sacrificio cero en los centros de protección.
Quedan en el aire algunas cuestiones, entre las que destaca la inclusión de los perros de caza y las rehalas o no en la ley. El pasado agosto, el PSOE planteó una enmienda que todavía debe ser debatida, pero contra la que se han posicionado muchas ONGs animalistas y figuras públicas, puesto que pretende crear una legislación paralela y mucho más permisiva para los cazadores.
En cualquier caso, los amantes de los animales estamos de enhorabuena, puesto que todo indica que nuestros compañeros vivirán mejor y más protegidos: esta vez, la ley acompaña.