Decidir si queremos aumentar nuestra familia con un animal de compañía es una decisión casi tan importante como lo es tener un hijo. No nos acompañará toda la vida pero sí al menos los siguientes diez años, por lo tanto, deberíamos al menos valorar lo que va a suponer. ¿Cómo? Con información, conocimientos que nos eviten encontrarnos en una situación que no esperábamos y que nos sobrepasa. ¿Sabías que la mitad de las adopciones fallidas en España vienen dadas por problemas de comportamiento con el perro y unas expectativas mayores a las esperadas?
Afortunadamente, en España el 90,4 por ciento de las adopciones que se procesan tienen un final feliz y es solo en un 9,6 por ciento de los casos en el que, por diferentes motivos, al tándem entre perro y hombre no funciona.
Concretamente, los problemas de comportamiento conforman el 34,2 por ciento de las devoluciones tras la adopción, mientras que el 15,8 por ciento lo hace por ser una mayor responsabilidad de la esperada. Así lo plasma el estudio sobre abandono y adopción de animales de compañía 2022 desarrollado por la Fundación Affinity.
Aunque existen otras razones por las cuales las personas optamos por dejar a nuestros animales en un refugio o protectora (como las alergias, mudanzas, la falta de tiempo o los factores económicos), es importante destacar que tanto el comportamiento animal como sus cuidados es algo que se puede prever antes de optar por comprar o adoptar un compañero peludo.
¿Acaso no miramos todas las especificaciones de nuestros teléfonos móviles antes de escoger cual comprar para acertar con el más adecuado para nosotros? Como futuros tutores es nuestra responsabilidad hacer lo mismo con nuestros animales de compañía: conocer la raza, sus necesidades, sus cuidados básicos, los problemas comportamentales más comunes...
Tener un cachorro conlleva una gran responsabilidad
Es humano que no sepamos de todo y que, a veces nos dejemos llevar por nuestras emociones e impulsos. Sonsoles Padilla (pseudónimo) se dejó llevar por la ternura de un precioso cachorro nacido de una camada de sus vecinos. "No había tenido perros antes. Mi vecino los daba gratis porque no sabía que hacer con ellos tras haberse quedado embarazada su perra y, si no les encontraba una familia, terminarían en la perrera", explica Padilla a este medio.
"A mi hija le daba mucha pena, así que al final nos quedamos con uno de ellos. La verdad que Tyrion era precioso", así lo llamaron. "Al principio, no nos extrañó que de vez en cuando se le escapase un pis en casa o que mordiera alguna zapatilla, pero empezó a ser un problema cuando le dio por saltar y morder a mi hija, jugando, claro".
Al tratarse de un perro grande (a pesar de ser un cachorro), Padilla empezó a desesperarse con la situación, mientras que su hija cada vez estaba más incómoda con el animal. "Le pregunté al vecino por consejos pero no me sirvió nada de lo que me dijo. Empezamos a pensar que igual tenía algún problema de agresividad", confiesa Padilla.
"Nos daba miedo que Tyrion se hiciera más grande e hiciera daño a la niña o a nosotros, por lo que optamos por llevarlo a una protectora", lamenta. "Me dio pena dejarlo, porque te encariñas enseguida de ellos, pero nosotros no estábamos preparados para algo así. No sabíamos que sería tan difícil de educar".
Padilla hizo una donación a la protectora donde dejó al cachorro, explicando todo lo que había sucedido y, a día de hoy, sabe que hizo lo que tenía que haber hecho. "Nosotros no teníamos experiencia con perros, tener un cachorro en casa no es nada fácil. No para quieto, necesita mucha atención y, además, hay que enseñarle a portarse bien. Era demasiado", reconoce.
"Seguramente podríamos haber intentado más, pero la realidad es que acogimos a Tyrion por pena, no porque quisiéramos", confiesa. "Nos consideramos amantes de los animales y, por eso creo que hicimos lo mejor por él, iba a acabar en una perrera de todas formas de no haberle dado nosotros una oportunidad. Ahora sabemos, por la protectora, que ha encontrado una familia donde han sabido educarle y cuidarle bien".
Un curso obligatorio para tener un perro
Unas expectativas de responsabilidad mayores y la falta de conocimiento para actuar antes problemas de comportamiento viene causado por el desconocimiento. De ahí que las protectoras de animales lleven ya unos años ofreciendo toda la información posible a los posibles adoptantes y que, a su vez, también pidan, como mínimo, un cuestionario sobre la futura familia de sus peludos.
También con el fin de promover una tenencia más responsable de animales de compañía, la Ley de Protección Animal propone la realización obligatoria de un curso formativo previo a la adquisición del mismo. Será breve, gratuito y relativamente sencillo, pudiéndose realizar de manera online y su misión será la de explicar aspectos básicos y conceptos elementales de la convivencia con perros y gatos.
No obstante, una ley que busca el maltrato/sacrificio cero, el abandono cero y la tenencia responsable, debe tener presente que hay miles de perros en protectoras que no cumplen estas bases, y que puede resultar realmente complejo que puedan pasar un test de sociabilidad durante los primeros meses tras su adopción, así como que no hayan podido tener unos periodos de socialización y educación temprana correctos o deseables debido a su historia personal. Aquí se abre un enorme vacío que también puede hacer ver más deseable la compra frente a la adopción responsable.