La enfermedad renal crónica, las patologías de hígado y las enfermedades endocrinas, las que más afectan a nuestros gatos

La enfermedad renal crónica, las patologías de hígado y las enfermedades endocrinas, las que más afectan a nuestros gatos
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De la misma forma que hay enfermedades que afectan más que otras a las personas, ocurre igual con nuestros animales de compañía. De hecho, no son las mismas en perros y gatos ya que sus vidas son muy diferentes y están expuestos a diferentes virus y patologías.

¿Sabes cuales son las enfermedades qué más afectan a nuestros mininos? Aunque todo el mundo conoce la inmunodeficiencia y leucemia felina, la realidad es que éstas no son las más habituales en nuestros gatos.

En las clínicas veterinarias, las tres enfermedades más frecuentes son la enfermedad renal crónica, las patologías de hígado y vías biliares y las enfermedades endocrinas como el hipertiroidismo y la diabetes mellitus. ¿Has oído alguna vez hablar de ellas?

Como tutores responsables, aunque no podamos ser expertos, debemos conocer al menos cuáles son los peligros más habituales a los que se enfrentan nuestros compañeros de cuatro patas, sobre todo para poder identificarlos a tiempo y que no se conviertan en un problema más grave.

Enfermedad renal crónica

Una de los problemas de salud frecuentes en nuestros gatos es la enfermedad renal crónica. "Una enfermedad metabólica más común en gatos geriátricos que es progresiva e incurable debido al deterioro de la función renal", explica Conxita Martínez, veterinaria de AniCura Canis i Felis Hospital Veterinari.

"Se manifiesta con la incapacidad de que el riñón cumpla sus funciones de concentrar la orina y depurar la sangre de substancias toxicas. Los síntomas clínicos que aparecen son el incremento de la sed y la producción de orina, la pérdida de peso y de apetito", detalla.

A medida que esta enfermedad progresa, el deterioro del paciente es cada vez mayor hasta requerir incluso el ingreso hospitalario. "El tratamiento es de soporte para mantener una buena nutrición e hidratación y controlar con fármacos la hipertensión arterial o el exceso de fósforo en sangre", afirma la veterinaria.

Un gato en el veterinario

Patologías del hígado y las vías biliares

Otro de los problemas comunes de salud que padecen nuestros mininos son las patologías que afectan al hígado y a las vías biliares, las que Martínez asegura que son "una causa frecuente de hospitalización de pacientes felinos".

"Existe un término que engloba tres patologías: triaditis felina, que significa una inflamación que afecta al hígado (colangitis), páncreas (pancreatitis) e intestino delgado (enfermedad inflamatoria intestinal o IBD)", detalla la veterinaria de AniCura.

Cuando los pacientes padecen estas patologías se presentan con "un cuadro de anorexia, vómitos, diarreas y pérdida de peso". "Un síntoma muy habitual y que denota la gravedad del proceso es la ictericia, que consiste en la acumulación de un pigmento, la bilirrubina, que da coloración amarilla en mucosas y piel", detalla Martínez.

"El tratamiento suele requerir el ingreso hospitalario para poder garantizar la hidratación, nutrición y recuperación de la función hepática", añade la experta.

Enfermedades endocrinas

Por último, otras enfermedades que tienen una incidencia mayor en nuestros gatos son las endocrinas, concretamente el hipertiroidismo y la diabetes.

"El hipertiroidismo afecta mucho a felinos de más de diez años y consiste en un incremento en la producción de hormonas tiroideas, lo que produce síntomas clínicos de aumento de apetito, sed y producción de orna, pérdida de peso, vómitos, diarreas y pelaje de mala calidad", explica Martínez.

El tratamiento de esta enfermedad consiste en "la administración de fármacos que disminuyen la concentración de estas hormonas en sangre, la extirpación de la glándula tiroides o en el uso de yodo radioactivo", enumera la veterinaria de AniCura.

Gato comiendo

En cuanto a la diabetes, "suele ser habitual en gatos con tendencia a la obesidad". "Consiste en la falta de producción de insulina o que la que se produce sea insuficiente para controlar los niveles de azúcar en sangre", explica Martínez.

"Los síntomas que aparecen son el aumento de apetito, sed y producción de orina, acompañados de una pérdida de peso", añade. "El tratamiento consiste en la administración de insulina diariamente".

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