Un año más, llegan las mismas dudas, pocas semanas antes de las vacaciones de verano. Las preguntas que nos hacemos todos: ¿nos llevamos al perro?, ¿podemos?, ¿se lo pasará bien?, ¿cómo vamos a viajar en el coche? ¿Qué otras opciones hay?
Un perro que aprende a adaptarse y descubre distintos ambientes será un perro más feliz, pero debemos tener claro que entendemos a nuestros perros, que estamos ofreciéndole experiencias adaptadas y que organizamos una rutina enriquecedora para los peludos y para nosotros.
Si el perro es uno más...
Cuando planificamos, pues, es muy importante valorar cómo son nuestros compañeros de cuatro patas. ¿Se ponen nerviosos entre las multitudes? ¿Tienen algún problema de comportamiento?
Un perro que intenta morder a otros animales o que muestra señales claras de miedo y ansiedad, puede "desestabilizar" todo el viaje (algo que, siempre que viajamos con animales, debemos tener presente: pueden pasar cosas, y esas cosas pueden salirse de las previsiones iniciales que teníamos).
Si nuestro perro pasea genial por la montaña y disfruta de los ambientes rurales, no debería haber problema para visitar con él una casa rural, un pueblo o un parque natural. A diferencia de los gatos, que no van a disfrutar casi nunca de estas experiencias, y aunque depende de cómo hemos cómo hemos socializado y acostumbrado a los entornos al peludo, el perro es el rey de la adaptación.
Por el contrario, no todos los perros se habituarán tan fácilmente a unas vacaciones en una gran ciudad (sobre todo, si no viven diariamente en zonas urbanas relativamente masificadas): cambian los olores, los sonidos, las personas, los ritmos... Debemos preguntarnos: ¿lo llevará bien mi perro? Y, ante la duda, hacer salidas breves para que se acostumbre, pero no viajes de varios días en los que el perro puede vivir una experiencia negativa.
Viajar en coche: mejor, transportín
Asimismo, si viajamos en coche, que sigue siendo el medio más común para las vacaciones familiares (aunque, hoy, es habitual coger el tren y el avión también), debemos garantizar su bienestar y seguridad durante todo el viaje. Por esto, vale la pena recordar la importancia de llevar los imprescindibles (antiparasitarios, bozal Baskerville, cartilla...) y acostumbrar al perro a viajar en el maletero o en un transportín.
Tienes otras opciones, por supuesto, como los cinturones de doble anclaje o las barreras divisorias, que nunca serán tan seguras como un trasportín bien sujeto en el maletero, y que priorizan el bienestar del conductor y los pasajeros humanos, pero no tienen tan en cuenta el bienestar del animal.
Además, dependiendo de tus salidas (sobre todo, si vas a montaña, a realizar rutas, a hoteles incluso), positivizar la experiencia de dormir en un transportín abierto puede ser una gran opción para tu perro: ¡como si llevase su habitación con él! Si tienes un perro grande, la inversión en un transportín será mayor (reserva, por lo menos, 100 euros), pero vale la pena por el plus de seguridad y las posibilidades que esta herramienta nos ofrece, tanto en casa como de viaje.
Si decides que cuiden de tu perro...
No obstante, si no vemos claro que viajar con nuestro perro sea una experiencia beneficiosa para todos, contamos con muchas opciones para mayor tranquilidad. Las residencias caninas, por ejemplo, son la más habitual, con costes que suelen oscilar entre los 20 y los 50 euros diarios, y que dependerán de si el perro tiene un espacio individualizado, si existe un control diario, si se ofrecen paseos, socialización con otros perros, calidad de las instalaciones (aislamiento térmico, elementos en la habitación, etc.) o manejo de los profesionales.
Hoy día, además, se han popularizado residencias sin jaulas, en las que los perros conviven en manada o en pequeños grupos, si bien el coste suele ser mayor (frente a las tradicionales) y los perros deben ser sociables, estar esterilizados y no tener problemas de conducta.
En cualquier caso, es recomendable visitar la residencia (para lo que no es extraño que te pidan un día de prueba, para poder cubrir gastos también) y asegurarte de que es un espacio de calidad, con personal capaz y que saben gestionar las situaciones de forma adecuada.
Apps para que cuiden de tu perro
Asimismo, existen opciones más económicas para que los cuidados se den en una casa particular, o en un espacio profesional sin jaulas. En su mayoría, se anuncian en aplicaciones móviles como Rover y Gudog, donde siempre debemos buscar referencias y recordar que, a menudo, no se trata de cuidadores profesionales, sino de particulares que quieren ganar un sobresueldo.
De igual modo, han llegado a España las apps para que te cuiden gratis al perro, como "Préstame tu perrito", en las que también debemos vigilar por razones similares, y donde es probable que también encontramos personas inexpertas, si bien la app ya tiene recorrido a nivel internacional.
El viaje ideal para tu perro
Cuando viajamos con nuestros perros, incluimos experiencias cruciales para su bienestar. Todos los peludos disfrutarán de algunos viajes en familia, pero no tantos viajarán felices acompañándonos a cualquier sitio, sobre todo, si son espacios ruidosos y poco naturales. Por lo tanto, cuando planificamos, ya sea un viaje en coche o en otro medio de transporte, así como a un destino de playa, montaña o ciudad, debemos valorar cómo lo vive nuestro perro también.
No vale eso de "ya se acostumbrará", porque puede ser que no lo haga, que genere miedo, que se haga una bola de nieve más y más grande por no respetar sus tiempos. Por ello, es crucial asegurarnos de que nuestros perros disfrutan de nuestra compañía y, si no es posible, que tengan sus propias vacaciones adaptadas en nuestra ausencia.
Conocer a nuestros perros. Personalizar sus experiencias. Eso es lo que merecen nuestros compañeros caninos y lo que nos permitirá reforzar el vínculo que nos une.