La Ley de Bienestar Animal ha salido aprobada, por una mayoría escasa, casi insuficiente, pero aprobada. Hoy, menos de veinticuatro horas más tarde (en el momento en el que estoy escribiendo estas líneas), empezarán a hacerse efectivas (tras pasar por el Senado y dejar unos meses de adaptación durante 2023 para los trámites que deban hacer las familias) algunas de las medidas estrella propuestas: fin de las razas peligrosas PPP, sacrificio cero y normas para una tenencia responsable, como el seguro de RC para el perro o el curso obligatorio para propietarios.
Entre las críticas por la exclusión de los perros de caza, debido a la enmienda presentada por el partido socialista para recortar el proyecto de ley en coalición, quizá es el mejor momento de aferrarnos a los cambios positivos que se vienen. Ahí va un breve recorrido de los mismos.
Desaparece la clasificación PPP
Para empezar, la etiqueta raza PPP o Perro Potencialmente Peligroso desaparecerá tras la aprobación de la ley, de forma inmediata. De este modo, las ocho razas que contemplaba la Ley 50/1999 de perros PPP, así como otras razas contempladas en leyes autonómicas más restrictivas, como la catalana, tendrán los mismos derechos y obligaciones que el resto de animales, pero no más. Se acabó la obligación de bozal o correa corta (1 metro) en calle para pitbulls, american staffordshire, rottweilers o dogos argentinos; también podemos olvidarnos de la licencia administrativa.
Por el contrario, será necesario mantener el seguro de responsabilidad civil —que se amplía a todos los perros, para una tenencia responsable— y se crearán nuevas medidas, aún por reglamentar, como el test de sociabilidad (para valorar si un perro, o sea, el individuo, es potencialmente peligroso) y una categoría propia similar al PPP: el Perro de Manejo Especial. En cualquier caso, el objetivo, según adelantaron desde el Ministerio, es ofrecer oportunidades a las familias para que puedan modificar conductas y poder revertir esta categoría de manejo especial (PME) si se soluciona el problema.
Curso obligatorio para las familias
La nueva ley tiene como objetivo una tenencia responsable por parte de todos, pero, conscientes de que el cambio debe ser progresivo, la contratación del seguro de responsabilidad civil (seguro RC) dejará de margen el año 2023 para ir realizando el trámite. Será necesario, para todos los perros, y la única modificación prevista es que a la póliza de un perro de manejo especial deberá sumarse la licencia administrativa.
Estos trámites se complementan con la obligación de realizar un curso básico para cualquier familia con animales, que será breve, gratuito y relativamente sencillo, y donde se explicarán aspectos básicos de la convivencia humano-animal. De lo que no sabemos demasiado aún, es del test de sociabilidad, que queda pendiente de reglamentar, y ha generado un gran número de incógnitas.
Objetivo: abandono cero, sacrificio cero
Por lo demás, el texto prevé unas obligaciones a tener en cuenta, como el control de la natalidad (no obliga a esterilizar, pero sí a controlar), integrar a los animales en el núcleo familiar o evitar que deambulen, queden sin supervisión o encerrados en espacios no acondicionados. Todo ello, irá de la mano de multas adaptadas a la conciencia actual y una idea clara: frenar el abandono y el maltrato animal, porque, a partir de estos momentos, el sacrificio de animales de compañía quedará prohibido en toda España.
Así, el Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030 considera que las leyes deben reforzarse para evitar la (mayor) saturación de los centros de protección y, para ello, quieren hacer realidad el abandono cero para poder mantener el sacrificio cero. Un reto notable en un país donde se abandonan, de media, 280.000 animales cada año, según el Observatorio Fundación Affinity.
Junto a todo lo anterior, la creación de un registro estatal exhaustivo (además de la identificación veterinaria, se esperan otros registros oficiales, como el de criadores y el de profesionales del sector) ayudará a mantener un mayor control de las camadas, a promover la identificación y a controlar el abandono. En cualquier caso, la cría no queda prohibida, sino controlada.
Los perros de caza, fuera
Por último, los cambios en el Código Penal en relación con el maltrato, que, pese a endurecer las penas, en teoría, pueden dificultar el ingreso en prisión de los maltratadores, así como la exclusión de los perros de caza (es decir, los perros que se utilizan activamente para la actividad cinegética, no cualquier raza de perro cazador), que se traduce en una ley para las familias y otra para los cazadores, han ensombrecido la aprobación.
Ayer, en el Congreso de los Diputados, las críticas contra la enmienda de la caza sobrevolaron toda la sesión, así como la oposición por parte de algunos partidos que habían acompañado y luchado por la aprobación de esta nueva ley. La realidad es que solo algunos animales se beneficiarán de estos cambios en España, y eso ha supuesto un enorme conflicto y, a estas alturas, incluso la obligación de ser prácticos, porque no se tiene lo que se quería, pero quizá sí un poco más de seguridad de lo que había hasta ahora. No todos lo ven así: el tiempo nos dirá quien llevaba razón.